“Petro, en medio de su mente caótica, es incapaz de pasar de las palabras a la conducción”: Sergio Fajardo

Oct 7, 2024 | Política, Sergio Fajardo

Entrevista realizada por Daniel Rivera Marín

Después de dos elecciones presidenciales, Sergio Fajardo les ha encontrado gracia a las redes sociales: tiene un videopodcast donde entrevista a personas que admira, hace pequeñas cápsulas con análisis político que sube a X y habla del que sería el país en un hipotético gobierno suyo; además, ha abandonado la supuesta tibieza que le enrostraban sobre todo los del espectro ubicado más a la izquierda. Hablamos con él sobre la crisis de la Universidad de Antioquia, sobre la elección del Procurador y de la Presidencia de la República.

Usted conoce muy bien la Universidad de Antioquia, fue alcalde y gobernador, y sabe que la institución está en una grave crisis, ¿alguien tiene la culpa?

“La financiación de las instituciones públicas en Colombia es deficitaria, eso se sabe muy bien porque la fórmula que se adoptó en la Ley 30 cubre la inflación y nunca tuvo en cuenta la expansión de la cobertura y la cualificación de la actividad académica con la investigación, y los costos no dan. Es necesario que se aumente la financiación de las universidades públicas con todo el rigor que eso requiere, es una realidad ineludible.

Yo no conozco los detalles de lo que está ocurriendo ahora en la crisis, pero sí quiero decir algo: en la historia de nuestra región nunca ha habido una alcaldía de Medellín que le aportara a la Universidad de Antioquia como cuando yo fui alcalde, esto sin tener en principio una obligación formal de financiar la institución.

De hecho, la forma como ampliamos la educación pública en la ciudad es uno de mis grandes orgullos y es una contribución muy grande a la sociedad. Igualmente, cuando fui gobernador tuvimos una gran cantidad de inversiones en la Universidad de Antioquia. Todo esto lo digo porque es urgente que, independientemente de discusiones políticas o discrepancias, la Alcaldía y la Gobernación, incluyendo también al Gobierno Nacional, se sienten a trabajar para cuidar a la universidad de nuestro departamento. Yo lo he dicho también y lo reitero, para mí es la construcción social más grande que ha tenido Antioquia en su historia”.

Hay una discusión ligada a la austeridad del gobernador Andrés Julián Rendón, y algunos concejales dicen que la Universidad Antioquia es muy cara, porque un estudiante vale 50 millones de pesos cada semestre, en cambio en el ITM vale 12 millones…

“Ese tipo de comparaciones no tienen ningún sentido, porque la dimensión de la Universidad de Antioquia, la riqueza de lo que se produce en esa universidad, el valor que tiene, no se puede medir en esos parámetros. El ITM tiene una función y se debe fortalecer, pero esa es una comparación que no tiene ningún sentido histórico o cultural, y la relevancia, por la contribución del mundo académico de la Universidad de Antioquia a nuestro departamento, es otro nivel muy diferente”.

¿Qué opina de la elección de Gregorio Eljach como nuevo procurador general?

“Lo que está en discusión es la independencia de los organismos de control en nuestro país y en todas las administraciones, con muy contadas excepciones, hemos visto la elección de personas que están asociadas con el gobierno de turno. En este caso particular, sin duda que el señor Eljach no es una ficha del presidente Petro, pero se convirtió en una expresión de la política de nuestro país asociada con el Congreso de la República y el Congreso, ante la ciudadanía, recibe las peores notas con respecto a la confianza de la gente con las instituciones políticas. Ya lo dije en un tuit en términos irónicos y escépticos: ¿Será que el nuevo procurador se convertirá en el adalid de la lucha contra la corrupción que nos prometió el Gobierno? Soñar no cuesta nada. Ojalá que los dioses de la justicia, junto a la bendición del presidente Petro, conviertan ese abrumador apoyo político en independencia. Que sea como deben ser los jueces: ni amigos ni enemigos de nadie, simplemente honestos y justos. ¿Es mucho pedir?”.

¿Cómo se está preparando para una posible campaña? Hay muchos “precandidatos” de todos los espectros…

“Hay muchos protagonistas con diferentes características. Lo que está ocurriendo es que se cerró un periodo de cerca de 20 años asociados con la figura del presidente Uribe, porque todos los que estuvieron allá, incluyendo a Santos, fueron presidentes por Uribe, cerrando ese capítulo con Iván Duque, que hizo muy mal gobierno. Ya hemos visto una película larga, que terminó con el gobierno del presidente Petro, que también está haciendo un mal gobierno; entonces, es natural que en medio de esos cambios haya muchas voces inquietas que quieran participar en política, pero el mismo presidente Petro fue quien precipitó toda esta discusión de la carrera presidencial, cuando el año pasado dijo que necesitaba continuar su periodo.

Yo creo que la discusión que se está dando le sirve a él personalmente, porque una de las características que definen al presidente Petro, en medio de su mente caótica incapaz de pasar de las palabras a la conducción, es la confrontación y mientras más haya, mejor para él porque en ese territorio él es rey. Desde mi perspectiva, es el mejor terreno para el presidente Petro porque mientras aumenta la insatisfacción, las promesas que no se cumplieron, con el malestar que va creciendo, la corrupción que va apareciendo por tantas partes, esa confrontación política le sirve a él para sacar excusas y tirar la frase de ‘es que no me dejan’, ‘yo soy la expresión del pueblo y no me dejan los poderosos’, etcétera.

Eso le sirve a él para mantener esa tensión y mantener al país alrededor de su figura en la confrontación permanente.

En cuanto a qué papel juego, es distinto porque yo particularmente he sido candidato en dos oportunidades, en dos oportunidades he votado en blanco a conciencia, por escrito, asumiendo los costos de lo que significa esa posición, pero que es una reivindicación de los principios en la política, de la coherencia, de la consistencia, de reiterar una y otra vez las necesidades que tiene la gente y la necesidad de salir de ese espacio que se ha construido de polarización y destrucción.

El papel que yo juego hoy es reivindicar lo que hemos luchado. Ya van a ser 25 años desde que empezamos Compromiso Ciudadano como la reivindicación de otra forma de la política: que la política y la ética no están reñidas, que se necesita un pacto ético para luchar contra la corrupción y construir nuestro país.

Ese es el papel mío, diferente al de las otras personas que están participando en esas campañas, y ese es el camino que vamos a seguir. Por eso hemos luchado años, hemos dado ejemplo, hemos sido —repito— coherentes, consistentes, transparentes, y esa es la reivindicación de una forma de la política que, yo creo, es lo que necesita Colombia”.

Habla de los arquetipos de Petro, sobre ese terreno de confrontación y lo de ser el perseguido que quiso hacer el cambio y no lo dejaron los poderosos. Usted, que hizo tantos cambios en Medellín, ¿cómo lee lo que quiso hacer él que no ha logrado?

“Creo que Petro tiene una mente caótica que no tiene la capacidad de tener prioridades o enfocarse, de superar ese discurso en que él se siente, por su trayectoria, en la categoría de Simón Bolívar, de Gaitán y de Allende.

Esa mente caótica pasa por todo tipo de estados de ánimo y la forma más sencilla de verlo es que él es consciente y busca que todos los focos del país estén concentrados en lo que él hace y dice todos los días a todas horas. Él es el centro, es la expresión máxima de Colombia y alrededor de eso no es capaz de construir equipos de trabajo, no interactúa con las personas que tiene y es incapaz de pasar de lo que ha prometido a convertirlo en realidades que puedan ser tangibles para mejorar las condiciones con el cambio que prometió.

Eso se traduce en que hay una insatisfacción. No se van a cumplir las promesas y, para evadir esa responsabilidad de su incapacidad para conducir una sociedad, tiene que acudir siempre a que es víctima de unos poderes que no lo dejan. Eso es lo que él necesita permanentemente.

La victimización es la forma de evadir la responsabilidad que tiene, porque no es capaz, nunca fue capaz, ni cuando fue alcalde de Bogotá ni ahora como Presidente de la República, de convertir en realidad organizada una estructura para lograr unos resultados que pretendía obtener. Ese es el gran dilema de él”.

En las elecciones pasadas vimos que el país buscó un cambio radical y ganó una propuesta con reivindicaciones sociales. Ahora parece que el camino apunta a algo similar a Milei en Argentina con el movimiento de libertarios hablando de estados austeros, ¿cómo ve esos caminos políticos que se están abriendo?

Eso no va a pasar en Colombia y nosotros tenemos que luchar para que en el país se dé la oportunidad de otra forma de la política. Se nos olvida que ya tuvimos un Milei con Rodolfo Hernández, pero no creo que lo volvamos a ver, porque Colombia tiene mucha experiencia, hemos vivido en un país donde la violencia ha sido un componente de nuestras vidas en los últimos 60 años.

La vida ha estado asociada de una manera u otra con la violencia y la incapacidad de entendernos entre nosotros, la incapacidad de construir sobre lo construido. Yo creo que Colombia es muy distinta a esos países, nosotros no vamos a dar nunca ese salto. Eso sería una calamidad, una atrocidad para Colombia.

Yo creo que llegó el momento, después de tantos años y experiencias, de sacar lo mejor de cada quien. Nosotros podemos avanzar y transformar, y eso es lo que creo que nosotros representamos. Lo hemos mostrado haciéndolo y creo que es el momento para eso en Colombia”.

Este Gobierno ha tenido dos retos muy importantes con la salud y las pensiones. ¿Cómo ve las soluciones que ellos están planteando y usted qué haría?

“En el tema de las pensiones, creo que hay unos elementos importantes en esa reforma. En lo que propusimos en campaña, planteamos pasar al esquema que se va a adoptar.

Nosotros proponíamos que el paso de lo público a los fondos privados fuera en 2 salarios, fue 2,3. Eso es un avance importante para Colombia porque contiene como consecuencia inmediata que desaparecen esas pensiones extraordinarias que no se correspondían con lo que nosotros tenemos en el país.

Hay otros detalles que yo no considero que sean correctos, pero la reforma pensional, en ese nivel, es importante y básicamente quedó nuestra reforma. Y que sea el Banco de la República el que maneja los recursos es importante porque es un certificado de garantía de que no se van a perder.

Pero tengo una preocupación muy grande en la capacidad de Colpensiones, hoy en cabeza Jaime Dussán, para manejar todo lo que se pretende y que quedemos en un caos.

Respecto a la salud, mientras estamos conversando aún no sabemos cuál es la reforma. Sabemos el caos que ha creado este gobierno por la incapacidad de concertar, explicar y gestionar los problemas que se tienen para resolverlos.

Es evidente que hoy hay un deterioro gigantesco de las IPS y las EPS, cada día vemos cómo se va deteriorando el servicio de salud para muchas personas, pero la primera tarea de un próximo gobierno será conformar equipos de alta gestión para atender esos problemas prioritarios por el deterioro que nos va a entregar institucionalmente este gobierno y eso tiene que hacerse con gente que sepa actuar, trabajar, y que sepa arreglar los problemas”.

Y frente al proyecto de paz total del gobierno Petro, ¿usted qué ve ahí?

“Caos, y es muy dañino lo que está pasando porque no hemos aprendido las lecciones que nos ha dado un país que desde Belisario Betancur está negociando. O sea, desde 1982 Colombia está en negociaciones; ya son 42 años donde hemos girado alrededor de la violencia permanentemente como actor de negociaciones en nuestro país y no se aprendió una lección que es fundamental: para construir la paz necesitamos una Fuerza Pública más sólida que todas las que hemos tenido antes, para ocupar los espacios que se tienen que ocupar y eso es lo que hemos visto.

No se ocuparon los espacios y se ha multiplicado la delincuencia, la criminalidad. La primera tarea dentro de todo lo que tenemos que hacer es la reconstrucción, el fortalecimiento de la Fuerza Pública en Colombia.

Segundo, hay que entender que el tema de la paz total está asociado con la inseguridad ciudadana, que es un problema que está hoy en los centros urbanos en un país que es fundamentalmente urbano. Esa Fuerza Pública, de la cual hace parte la Policía, la tenemos que fortalecer articulada con un sistema de justicia que responda verdaderamente a todas las necesidades, que es un sistema que está deteriorado también en múltiples acciones.

También se debe trabajar en la prevención de la violencia, que ningún joven en Colombia encuentre en la ilegalidad, en sus múltiples formas, una alternativa, y eso requiere programas sociales asociados con un mundo joven que no está siendo atendido, del que se habla, pero no se le ha dado respuestas.

Esto es un caos, por eso digo que el próximo período presidencial va a ser el más difícil de Colombia, por el caos que tenemos, la cantidad de cables que están cruzados y todos los daños que se han hecho en todo el territorio”.

¿Por qué se ha dado este deterioro de las instituciones que usted señala?

“El deterioro se debe fundamentalmente a la forma como el presidente Petro y su gobierno conducen las acciones. Es un gobierno de palabras que se dedicó a proponer unas reformas que no ha podido sacar adelante con la excepción de la reforma tributaria y la pensional, que está sujeta también a revisión de la Corte.

Es que cada día los problemas son más grandes por ese desorden y llegan a las instituciones personas que no tienen experiencia, que no tienen conocimiento y que no tienen la capacidad de liderar la gestión. Eso va deteriorando todas las instituciones.

Por eso digo que vamos a llegar a una situación de inconformidad, incertidumbre, malestar, resentimiento, rabias acumuladas por todas partes, y eso es lo más difícil a la hora de gobernar. No se puede gobernar con rabia ni con resentimiento, se tiene que gobernar con sabiduría y con responsabilidad”.