‘Petro violó un principio fundamental: le apostó al todo vale’: Sergio Fajardo / Entrevista de María Isabel Rueda

Incluso afirmó que el Presidente ‘llegó al poder con corruptos y gobierna con corruptos’. El excandidato presidencial también aprovechó para cuestionar el manejo que les ha dado el mandatario a temas como la ‘paz total’.

Por Sergio Fajardo
20 de agosto de 2024

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‘Petro violó un principio fundamental: le apostó al todo vale’: Sergio Fajardo / Entrevista de María Isabel Rueda

Sergio Fajardo hace un duro diagnóstico sobre los dos años del gobierno Petro, sobre la ‘paz total’, sobre lo que considera el fracaso del Partido Verde, ‘hoy convertido en una expresión de la corrupción’, y cuenta sus temores por el caos que nos espera en el 2026.

 

¿Usted todavía es ‘verde’?

 

No. Discutí sobre la posibilidad de que entráramos formalmente con nuestro movimiento, Compromiso Ciudadano, al partido Verde. Pero por un lado estaba Carlos Ramón González, que no quería que yo entrara porque él era petrista y ya sabemos su historia y el papel que ha jugado en todo esto. Es, digamos entre comillas, “el dueño del Verde”. Y, por el otro lado, estaban Claudia López, Angélica Lozano y Juanita Goebertus, que preferían a Alejandro Gaviria. Consideraron que yo era obsoleto.

 

Qué bueno que no hubiera entrado a ese partido, hoy lleno de escándalos. Sin ir muy lejos, el caso de Carlos Ramón González…

 

Lo que ha pasado con el partido Verde es doloroso en términos políticos y públicos. Tuve el aval del partido que empezó de la mano de Antanas Mockus en el año 2010, con la ilusión de la ‘ola verde’. Y este capítulo en que están hoy los ‘verdes’ es lamentable. La corrupción, directamente asociada con la figura del presidente Petro, las discusiones internas… Tuvo la posibilidad de ser una expresión política nueva para este siglo XXI, un partido joven, con personas que creíamos en la política por los principios, pero se convirtió en un fracaso. Allá hay personas muy valiosas que quedan marcadas por todo ese sello.

 

¿Y cuál es ese sello?

 

El partido Verde se convirtió hoy en una expresión de corrupción, lo que es una pérdida para Colombia. Tengo afecto por muchos militantes que están regados por Colombia. Pero como partido, decepción total.

 

¿Y cómo va su matrimonio con Jorge Enrique Robledo?

 

(Riendo) Es muy gracioso, pero así es, un matrimonio. Nunca imaginé que yo pudiera estar con Robledo en la política. Tenemos una muy buena amistad, en términos personales. Ideológicamente, muchas diferencias, pero una coincidencia muy importante que es la lucha contra la corrupción, la lealtad y la palabra. Somos capaces de tener esas diferencias, pero podemos estar juntos, Compromiso Ciudadano con Dignidad.

 

¿Qué piensa de los escándalos que hemos visto en estos días? Hasta comprando congresistas a estas alturas de la vida… ¿Cree que alcanzan a imprimirle ya un sello de corrupción a este gobierno?

 

Enfrentar la corrupción es una de las batallas más difíciles que hay en la política. Los corruptos se mueven en el mundo de la oscuridad. Petro violó un principio muy elemental, le apostó al todo vale, tal como lo describió su hijo Nicolás Petro, quien dijo: ‘nos juntamos con el que fuera, cómo fuera, para ganar’. He repetido esta frase un millón de veces: de la forma como se llega al poder, así se gobierna. Él llegó con corruptos, y gobierna con corruptos. Colombia tiene que cambiar, pero el primer paso es la forma de hacer política. Siempre he creído que son los medios los que justifican el fin, en contraposición con el todo vale, que es el fin justificando los medios. Eso es lo que estamos viendo todos los días, a todas horas. El presidente Petro no ha podido luchar, ni va a poder luchar contra la corrupción. Y su vida política quedará marcada alrededor de esta corrupción, que es profunda, que es costosísima en muchos sentidos para la sociedad colombiana y les hace un daño muy grande en particular a las personas más pobres y a las regiones más necesitadas, porque terminan siempre pagando la cuenta.

 

Eso en cuanto a la corrupción. ¿Y qué opina en cuanto a la ejecución? ¿No hay como mucha improvisación?

 

Totalmente, y hay que decirlo: todo empieza y termina alrededor de la figura del presidente Petro. Y su personalidad tiene unas características especiales: no conversa con nadie, no es capaz de armar un equipo, vive del discurso; tiene el discurso planetario, cuando habla para todo el planeta; o el latinoamericano, cuando habla para América Latina; o el colombiano. Está asociado con una personalidad errática, caótica en su forma de pensar y actuar, que no conversa con los funcionarios ni con las personas cercanas. Nombra personas por Twitter y las despide por Twitter sin haber hablado con ellas. Leí por ejemplo en El Espectador una entrevista con la ministra de Justicia, Ángela María Buitrago. Pues ella no había hablado con el señor Presidente de la República. ¿Cómo hace usted para gobernar sin hablar con el equipo que usted en principio ha construido? Lo digo con orgullo, fui escogido el mejor alcalde de Colombia, el mejor gobernador, gracias a unos equipos maravillosos que tuvimos. Petro se siente como parte de Bolívar, Chávez, Allende, Gaitán, pero es incapaz de pasar de la enfermedad de la palabra a la ejecución.

 

¿Ve ya decepción alrededor de su gobierno?

 

Mucha gente ha tenido expectativas alrededor de la figura del presidente Petro, que no se van a realizar, lo que se convierte en frustración o rabia. Él seguirá acudiendo al ardid de que “no me dejan gobernar porque soy el pueblo; no me dejan los ricos, los poderosos, los medios de comunicación”. Entonces terminaremos con una Colombia muy enredada.

 

Petro no parece que hubiera estado preparado para gobernar…

 

Pues gobernó muy mal en Bogotá. Fuimos muy pocos, otro punto común con Jorge Robledo, que dijimos: voto en blanco en el 2018 y en el 2022. Por eso me han insultado, pero nunca me moví un milímetro. ¿Por qué me tengo que reunir con un corrupto para ganar? No, no. Prefiero perder a tener que estar haciendo alianzas con corruptos. Y ahí está la foto de él con el señor Benedetti, donde van en el avión privado, los dos dormidos. Esta semana, la hermana de Benedetti salió a decir que cuando estaba en la campaña le preguntaban que si quería puestos o negocios. Y detrás de ese mundo Benedetti, hermano y hermana, hay el mundo de la oscuridad, donde pasan unas cosas… Por ejemplo, el audio del señor Benedetti con su exasistente Laura Sarabia y la forma como se refirió a ella como mujer; lo que dijo con respecto a la plata que se puso en la campaña; la manera como se comportó siendo embajador en Venezuela, me acuerdo muy bien de Álvaro Leyva diciendo: ‘es que es un drogadicto’. Y después a ese señor lo nombran embajador de Colombia, representándonos a todos nosotros en la FAO. No hay derecho. Y fuera de eso aparece este escándalo en Madrid, que hace parte de una rutina de él de maltratar a las mujeres, de golpearlas… Es un misógino. Y sí debe saber muchas cosas. El capítulo Benedetti es una vergüenza para el presidente Petro, en términos personales y en términos políticos.

 

Y hablando de pasar del discurso a la ejecución, mire no más lo que ha sido la salud reformada de los maestros, que se suponía sería el piloto de lo que nos sucederá al resto de colombianos. Ahora nos van a presentar otra vez el proyecto de ley. En el de reforma del empleo no se lucha contra el desempleo. Y la reforma pensional podría caerse en la Corte… Gustavo Petro fue congresista y sabe lo que no se puede hacer en el Congreso, como saltarse las etapas obligatorias. Por ejemplo, el debate.

 

Personas que conocen ese mundo constitucional dicen que la probabilidad de que se caiga la reforma pensional es muy alta. La reforma de la salud, llevamos más de dos años discutiéndola y supuestamente presentarían otra el 20 de julio, que aún no presentan. Mientras tanto, pasamos a discutir si hay que cambiar el escudo o si el sombrero de Pizarro es patrimonio cultural. Esa es la expresión caótica de todo esto: cortinas de humo.

 

¿Y la educación, que es tema central de su vida, junto con la lucha contra la corrupción?

 

Dentro de la palabra ‘educación’ incluyo la ciencia, la tecnología, la innovación, el emprendimiento y la cultura. La anterior ministra presentó una ley estatutaria de la educación que sugería que por fin iba a recibir el reconocimiento como un derecho fundamental en todas sus dimensiones. Vimos el fiasco, que consistió en que un día salieron en público la ministra y los senadores María José Pizarro, Paloma Valencia y David Luna a decir: ‘acabamos de lograr un acuerdo histórico para la ley más importante de la historia de la educación’. Eso duró veinte minutos porque se cayó…

 

La tumbó el propio Gobierno…

 

El propio Gobierno. Ahora nombraron a un ministro que carece de las más mínimas condiciones para serlo. Es un atarván en su comportamiento y, además, un fanático dentro del mundo de la ideología política petrista. Hoy, después de todo esto, dicen que solo van a modificar un par de artículos sobre la educación superior y la financiación, que se necesitan: creo en la educación pública, gratuita y de calidad. Y todo este cuento que se había montado, hasta luego.

 

¿Cómo se explica el nombramiento de ese ministro de Educación?

 

Este ministro viene a jugar un papel que se ha señalado en más de una oportunidad, de movilizar a los jóvenes de las universidades públicas. Es justo y necesario que los jóvenes participen, reclamen, participen, discutan. Pero poniéndole una connotación política le hacen un daño gigantesco a la educación.

 

¿Qué diferencias encuentra usted entre la paz que se hizo bajo el gobierno Santos y esta ‘paz total’ del presidente Petro?

 

Siempre he creído en las negociaciones y en la construcción de la paz. Ahora, lo que estamos viendo aquí es el caos, con unas implicaciones muy, pero muy serias para nuestro país, a largo plazo. Van dos años de gobierno y hoy no tenemos nada. Esas negociaciones arrancaron con un señor que se llama Danilo Rueda, que nadie entendió, ni conoció y que entregó esto hecho una masa caótica. Después llegó Otty Patiño y han asignado a otras personas cercanas al presidente Petro, muchas de ellas razonables dentro de ese mundo, para dirigir cada negociación. El presidente Petro presentó su propuesta secreta, pero el Eln le dijo: ‘no nos presente propuestas secretas’. Al mismo tiempo, varios días, a muy alto costo para la población, hicieron paro armado en el Chocó; Otty Patiño ha dicho que el Eln dice mentiras, engaña, continúa secuestrando y reclutando menores. ¿Cómo le parece? Y esa es la mesa que tiene dirección política clara… ‘Iván Márquez’ exige una condición política especial, lo cual, legalmente, no se puede hacer. Y para rematar, dice el Gobierno que van a negociar con el ‘clan del Golfo’ y las ‘Autodefensas de la Sierra Nevada’, que responden que no se van a someter, sino que están en una negociación política. Tal cual tiene el Presidente su mente, así está pasando todo esto. Pero es muy serio, por varias razones. Una gravísima es que el Ejército está perdiendo su capacidad de ocupar el territorio. Para poder hacer la paz se necesita una Fuerza Pública muy fuerte. Nadie sabe, y queda muy poquito tiempo, lo que viene para el 2026. No quiero imaginar el caos que vamos a tener con toda una cantidad de grupos metidos en esta acción distópica que está pasando alrededor de la construcción de la ‘paz total’. Sabemos que estos grupos ilegales se han fortalecido con los ceses del fuego concedidos desde el comienzo, lo que para mí es un error básico en un esquema de negociación. Estamos retrocediendo. Y no va a mejorar, porque el Presidente no va a cambiar su forma de ser, de relacionarse con el poder. Aquí no va a pasar nada distinto de aumentar el desorden, la inseguridad, el resentimiento, la frustración. Y esa Colombia es la que no queremos ni nos merecemos.

 

Una última pregunta. En una encuesta que anda rodando, usted aparece en segunda vuelta como el único que le ganaría hoy por hoy a Vicky Dávila. ¿Qué opina?

 

Pues varias cosas. Primero, voy a cumplir 25 años de haber entrado en la política; y estoy disfrutando participar en el mundo de las redes. Tengo un pódcast llamado El profesor. Descubrí que con otro lenguaje se puede estar vigente en la política, porque el que entra en ella de ahí no sale.

 

Porque es una pasión…

 

Me gano la vida como profesor, lo soy de Liderazgo Público en el TEC de Monterrey, para mí la mejor universidad privada de América Latina. Llegué viejo a la política, pero sí, se me convirtió en una pasión. Y creo profundamente en lo mismo desde el primer día: principios, no hay que hacer trampa para ganar, se puede gobernar de una manera diferente, esta sociedad la podemos transformar.

 

¿Y sobre las encuestas a las que me refiero?

 

Eso que estoy viendo en esas encuestas creo que es un reconocimiento a llevar todos estos años por el mismo camino. No me he movido un milímetro. Creo que Colombia empieza a reconocer que jugar limpio vale. Ya veremos qué pasa, porque el camino es largo, faltan dos años y ocurren muchas cosas en este mundo. Pero estoy contento, en mi vida personal, profesional y con lo que siento y quiero. Y ahí vamos…

 

MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO

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