“El presidente tiene una visión absolutamente ególatra al plantear una constituyente”: Jennifer Pedraza
Por Jennifer Pedraza
23 de julio de 2024
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SEMANA: Usted es de la coalición Centro Esperanza y está apoyando la aspiración de Katherine Miranda a la Cámara de Representantes. ¿A qué se debe la discusión dentro de la bancada de centro?
Jennifer Pedraza (J.P.): Esta decisión de la presidencia de la Cámara no es un asunto que le importe solo a los políticos. Estamos hablando de la persona que va a dirigir toda la corporación. El presidente de la Cámara decide qué se vota, cómo se vota, si hay debates de control político, si las mociones de censura proceden o no proceden.
Es una persona que concentra mucho poder y en ese sentido es importante que pueda ser una persona que haga respetar el Congreso de la República, que defienda la separación de poderes, además, cuando tenemos un presidente que amenaza de manera reiterada con la constituyente, diciendo que sus reformas no pasan en el Congreso, cuando a punta de mermelada las ha tramitado todas.
Esta diferencia no es tanto entre el Partido Verde y la Coalición Centro Esperanza, sino entre el gobierno, queriendo poner una Presidencia que le sea útil y que sea de bolsillo, y entre quienes creemos que debería haber una postura mucho más independiente en la Cámara de Representantes que defienda la separación de poderes y la independencia de la Rama Legislativa.
SEMANA: Usted hace parte de Dignidad y Compromiso. Ese partido, junto al Nuevo Liberalismo y Verde Oxígeno, firmaron una carta en la que dejaban claro que esta decisión es de la bancada de la Centro Esperanza. Ustedes respaldan a Katherine Miranda. ¿Considera que están saboteando esa aspiración de Miranda?
J.P.: Para cumplirle al presidente Gustavo Petro hoy, lamentablemente, varios congresistas están incumpliendo el acuerdo que suscribimos en el 2022. No fue el Partido Verde solo el que consiguió hacer parte de la Presidencia de la Cámara en el tercer año del Congreso, sino que fue porque íbamos como coalición. Es decir, sin los representantes de la coalición el Partido Verde solamente tiene 15 representantes, lo cual no le daría para tener una presidencia porque hay otras colectividades que tienen una mayor cantidad de representantes.
SEMANA: Como la bancada de paz, que tiene 16. Juntos con la coalición Centro Esperanza es que suman los 20…
J.P.: Con la Coalición Centro Esperanza es que sumamos los 20 y por eso pudimos reclamar una presidencia en el tercer año del Congreso, como para que ahora nos dejen en visto. Nos necesitaban para los votos al principio, para la negociación entre bancadas, pero a la hora de definir quién va a representar a nuestra coalición nos quieren dejar por fuera del baile y eso es lo que están intentando hacer algunos del Partido Verde. No son todos, de hecho, creo que la mayoría están de acuerdo con que esta decisión se tome como bancada. Las candidaturas muy cercanas al presidente Gustavo Petro no quieren dar esta discusión de manera amplia con los demás partidos que componemos esa bancada.
SEMANA: Desde la Alianza Verde hay representantes que han dicho que la Centro Esperanza no existe en Cámara, que sí existe en Senado. ¿Existe o no la coalición?
J.P.: Legalmente, tendríamos que haber hecho coalición en todas las regiones y, por ejemplo, aquí en Bogotá no podíamos porque el Partido Verde ya tenía una gran cantidad de representantes y una votación significativa.
Sin embargo, empezamos a funcionar como bancada ante la necesidad de distribuirnos en las comisiones y poder acceder a una mesa directiva, también porque coincidimos en muchas causas: defendimos juntos y juntas la ley para prohibir el toreo, la ley para prohibir las terapias de reconversión, causas ambientales. Lo que pasa es que cuando el gobierno suelta sus cartas empieza a dividir constantemente, tanto a la coalición como a los congresistas del Partido Verde. Debemos reunirnos y votar por una candidata o candidato para llegar unificadas y unificados y eso no lo va a permitir el Gobierno porque saben que perderían la votación.
SEMANA: En junio hubo una reunión de representantes de la Centro Esperanza con codirectores del Partido Verde en la que se firmó un acta en la que se dice que en esta decisión sí hacía parte de la Centro Esperanza y no solo de la Alianza Verde. ¿Les van a incumplir? ¿Ese compromiso va a quedar en el aire?
J.P.: Si el Partido Verde toma esa decisión, a nosotros nos caería como un baldado de agua fría porque venimos de hacer hace cuatro semanas una reunión con directivos el Partido Verde para ratificar el acuerdo del 2022. Es increíble que quince días antes de la elección algunos pretendan pasarse eso por la faja, me parece que es una actitud muy antidemocrática que pone de presente todo lo que está dispuesto a jugar el gobierno para tener una presidencia de Cámara de bolsillo.
No podemos olvidar cómo cerró la legislatura pasada con una moción de censura al ministro de Salud citada por nosotros donde él dijo que no procedía. Nunca había pasado eso en la Cámara de Representantes, es un desagravio y un irrespeto muy claro a la división de poderes; para eso es que el gobierno quiere un presidente de la Cámara, pero el presidente de la Cámara de Representantes no es una cuota de presidente.
SEMANA: Usted hace una crítica directa a Andrés Calle, quien va a entregar la presidencia de la Cámara y es del Partido Liberal. Ahora tenemos tres nombres (Katherine Miranda, Jaime Raúl Salamanca y Wilmer Castellanos), ¿consideraría que las presidencias de estos dos últimos darían garantías a la oposición y a quienes piensan diferente al gobierno?
J.P.: Yo considero que no podemos repetir lo que fue la Cámara de Representantes con Andrés Calle y sí tengo ese temor porque fue muy difícil discutir la reforma pensional con un presidente que se declaraba a sí mismo impedido por las investigaciones en la Corte Suprema de Justicia por presuntamente haber recibido mil millones de pesos en efectivo.
No creo que vaya a haber garantías si el gobierno tiene una Presidencia porque, además, hay que decirlo, tiene las mayorías en al Cámara de Representantes. Podría fácilmente permitir que la Cámara eligiera una presidencia independiente y aún así tramitar de manera tranquila la mayoría de sus reformas porque los votos le sobran.
No puedo creer cómo una candidata como Martha Alfonso, a quien yo respeto a pesar de muchas diferencias, propuso que la Cámara no debatiera la reforma pensional y acogiera el texto de Senado. Si le parece que es tan prescindible esta corporación, ¿para qué la quiere presidir? La Cámara la redujeron a su mínima expresión y ahora se volvió una notaría del Senado.
SEMANA: Usted habla del ministro Cristo y él fue quien confirmó que sí se va a buscar una asamblea nacional constituyente que tendrá que pasar por el Congreso. El presidente Petro había dicho que no cambiaría la Constitución y ahora sabemos que sí lo quiere hacer, ¿usted qué mensaje le envía al presidente Petro y al ministro Cristo por este cambio de discurso?
J.P.: Hay muchos motivos por los que una constituyente es inconveniente para el país. No creo que la Constitución de 1991 sea perfecta, pero creo que ha sido un avance en muchos derechos. El mensaje es que hoy, con la situación en la que está el país, de convocarse a una constituyente podríamos tener un resultado regresivo para cosas fundamentales como los derechos de las mujeres, los derechos de las personas con una orientación sexual diversa, los derechos de las minorías.
Esto no es un juego, no es un discurso de campaña para el 2026, convocar a una constituyente es abrir una caja de pandora, tan grave es que incluso a Vargas Lleras le llegó a gustar esa idea. Es un asunto absolutamente riesgoso, no estoy para nada de acuerdo, y mucho menos con la actitud que ha adoptado el presidente Petro que cuando alguien le dice que no está de acuerdo con la constituyente lo califica de paramilitar. Eso es, precisamente, lo antidemocrático de este gobierno.
SEMANA: ¿Está de acuerdo con la afirmación de que la Constitución de 1991 es garantista de derechos?
J.P.: Creo que la Constitución del 91 tiene elementos importantes para garantizar algunos derechos, ha habido contrarreformas y la Corte Constitucional ha tenido nuevos desarrollos que han sido más garantistas como declarar la educación en todos sus niveles como derecho fundamental. No me metería en esa situación, sobre todo cuando el problema del país no es que la Constitución esté limitando el crecimiento, sino que es un gobierno que no ejecuta, que cada quince días tiene un escándalo nuevo de corrupción, que nombra gente sin la formación suficiente para atender en los ministerios, que traiciona el mandato social de cambio. Eso no fue lo que prometió el presidente Gustavo Petro.
SEMANA: O sea, ¿estamos en riesgo de que Colombia retroceda en derechos?
J.P.: En caso de que el presidente decida presentar al Congreso una constituyente y que el Congreso lo apruebe, cosa que esperaría que no pasara, sí creo que están en riesgo los derechos de las mujeres, de las minorías, de las personas con una orientación sexual diversa, de las poblaciones étnicas. Todas las conquistas que, bien o mal, hoy protege la Constitución de 1991 están en riesgo y es abrir una caja de pandora en la que hoy la correlación de fuerzas no nos augura un buen resultado, solamente para que el presidente pueda tener una discurso para empezar a hacer campaña para 2026. Es una visión absolutamente ególatra la que el presidente tiene al plantear esa apuesta por una constituyente.
SEMANA: ¿El Congreso se cerraría y las voces como la suya, que han sido críticas, quedarían apagadas?
J.P.: Los congresistas no tendríamos ninguna participación, tendrían que volverse a elegir constituyentes. A diferencia del momento de la Constitución del 91, donde existía un acuerdo sobre unos puntos importantes, hoy nuestra sociedad está supremamente fragmentada, presionada por el incremento de la violencia, por el asesinato de líderes sociales. No veo un panorama que le augure un futuro positivo a esa constituyente, ni una constitución que le sirva a los colombianos y a las colombianas; en cambio, sí un caballito de batalla a través del cual el presidente se mantiene vigente y mantiene su proyecto político del Pacto Histórico porque no tienen nada más que ofrecerle a la gente.
SEMANA: Venimos de un remezón ministerial, ¿considera que hay algún ministro que siga en el cargo que deba irse del Gobierno?
J.P.: El ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, el que propuso el modelo de salud de los maestros y de las maestras que al día de hoy ha generado más de 10 mil quejas en dos meses. Hicimos una audiencia pública en la que docentes con cáncer que están a la espera su quimioterapia; con VIH que no reciben sus tratamientos, intervinieron y dijeron que hay una frialdad increíble con la que los dejan en visto. Creo que ese ministro debe salir de su cargo y deben poner a alguien que de verdad esté dispuesto a garantizar ese derecho y no a interponer modelos que lo interrumpan.
SEMANA: Estamos en un contexto de reformas, ¿esto que está pasando es por lo que votaron el sector estudiantil y los maestros en 2022?, ¿o el gobierno ha comenzado a incumplirle al sector educativo?
J.P.: En la reforma pensional, Juan Fernando Cristo y el partido En Marcha introdujeron un regalo de cerca de 2 billones de pesos a los fondos privados de pensiones. Creo que eso es completamente contrario a lo que el presidente tanto habla en sus discursos y en lo que prometió en campaña.
SEMANA: ¿Se le mediría a tener candidato a una constituyente?
J.P.: Tengo que pensarlo, pero yo creo que no habría que ir a esa constituyente a la que convoca el presidente Gustavo Petro.
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