Betsy DeVos y la derrotada ley estatutaria de educación
Por Bernardo Useche
25 de junio de 2024
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Betsy DeVos es una multimillonaria norteamericana con una fortuna familiar de más de 2.000 millones de dólares, según la revista Forbes.
Sus contribuciones a la campaña presidencial de Donald Trump y su récord como abanderada de una “revolución educativa” dirigida a desregularizar, privatizar y entregar la educación pública a la economía de libre mercado fueron suficientes méritos para que ingresara al gabinete de Trump como secretaria de Educación el 7 de febrero de 2017.
Apoyada en su emporio económico, del cual hacen parte millonarias inversiones en el sector privado de la educación, Betsy DeVos ha abogado por las políticas educativas que hoy hacen parte de la doctrina del Partido Republicano y son punta de lanza del aparato político de Trump en la actual campaña electoral en los Estados Unidos.
Pues bien, el texto del articulado de la Ley Estatutaria de Educación que acordó la ministra de Educación y la bancada petrista con los partidos Centro Democrático, Conservador y Cambio Radical contiene los mismos postulados, mezcla de populismo de derecha y medidas neoliberales, que constituyen la esencia de la política educativa de Betsy DeVos y del ala más conservadora del Partido Republicano.
¿Cuáles son esas políticas retardatarias que se oponen a una educación que favorezca el desarrollo económico, científico y cultural de la nación?
- El empleo de recursos públicos para entregar a las familias “vouchers” o bonos para pagar la matrícula en instituciones privadas y de paso financiarlas.
- Reemplazar los colegios públicos por “escuelas charter”, llamadas en Colombia colegios en concesión, que son financiadas por el Estado, pero administradas por privados con ánimo de lucro.
- Abstenerse de financiar la educación prescolar pública.
- Eliminar la autonomía escolar y la libertad de cátedra.
- Establecer un predominio de la educación vocacional sobre la educación científica.
La teoría de la “libertad de educación”, que acoge los anteriores principios y predica la señora DeVos, no tiene nada de original; ya la había planteado Milton Friedman en 1955.
El padre de los dogmas de la economía neoliberal propuso, en un artículo titulado «El papel del gobierno en la educación», la desfinanciación de la educación pública mediante el mecanismo de los vouchers y así trasladar fondos estatales a la educación privada.
Friedman planteó un modelo simple pero efectivo para privatizar la educación pública: los vouchers reemplazan el subsidio a la oferta educativa del Estado por un subsidio a la demanda; los padres que con ese voucher pagan la matrícula de sus hijos en una institución privada y son consumidores que ejercen la libre elección, condición necesaria del neoliberalismo económico.
Los colegios son empresas privadas que compiten en el mercado por clientes para su producto educativo. La libre competencia conducirá a la sobrevivencia de los privados más fuertes que lograran crecer y concentrar capital en manos de sus propietarios y accionistas. Todo facilitado con recursos del Estado.
Desde el primer día en el gobierno de Trump hasta su renuncia, el 6 de enero 2021, Betsy DeVos se dedicó a consolidar el modelo neoliberal en la educación primaria y secundaria, según los lineamientos de Friedman.
En particular, propició que el Estado entregara billones de dólares en vouchers e incluso redireccionó fondos aprobados para las escuelas públicas, durante la pandemia, a la financiación de vouchers que beneficiaran colegios privados.
Para Betsy DeVos, el Estado, las escuelas públicas y los sindicatos de profesores han secuestrado a los estudiantes. En consecuencia, el Departamento de Educación debe desaparecer. Esto “haría la educación en los Estados Unidos más fuerte, más centrada en el estudiante, mejor financiada, menos burocrática, despolitizada y de mayor rendimiento”, afirmó (ver enlace aquí).
Betsy DeVos también dice que deben acabarse los sindicatos de maestros, a los que culpa de la mediocridad de los resultados de los estudiantes de Estados Unidos en el “Programme for International Student Assessment” o pruebas PISA. Y propone que esos resultados deben ser la base de la evaluación de los docentes.
Afortunadamente, los maestros organizados en Fecode han elucidado lo lesivo de estos argumentos y propuestas en años de estudio y movilizaciones en defensa de la educación pública.
Saben muy bien que esas medidas son contrarias al progreso económico y a la democracia de la nación. Han contribuido a que millones de colombianos superen el analfabetismo y obtengan logros académicos del más alto nivel. Valoran la educación pública.
Conscientes de lo que significaría la aprobación de una ley estatutaria de la educación con un articulado de la más rancia estirpe neoliberal, tomaron la decisión de oponerse unitaria y radicalmente a la conciliación del gobierno con la senadora Cabal y sus colegas. ¡Triunfaron!
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