Los frutos del Paro
José Arlex Arias Arias
El Paro Nacional, como los árboles frutales, cosecha frutos; pero antes de la producción vivió su proceso de desarrollo. La semilla fue cultivada durante décadas por los hoy «viejitos» que han defendido a la Nación, sus derechos, la libertad de cátedra, el pensamiento crítico y han estado al frente de la denuncia de lo que sucede en Colombia. Esa semilla fue sembrada en los jóvenes que toman sus banderas, aunque algunos azuzados, por mezquinos intereses politiqueros, los estigmaticen y descalifiquen, colocando su argumento al lado del Gobierno, que lo utiliza para debilitar al Comité Nacional de Paro –CNP–. Hubo necesidad de muchas labores para que esa semilla germinara el 21 de noviembre de 2019, 21N, cuando florece “la primavera colombiana” contra el gobierno de Iván Duque, para exigirle la negociación del Pliego de Peticiones. Según Wikipedia, este Paro dejó al menos seis personas asesinadas. Duque instaló unas mesas de conversaciones y no quiso negociar.
Sin embargo, los frutos comenzaron a brotar y el más maduro es el de la inconformidad, la toma de conciencia de los sectores que salen del espejismo, la gente en las calles, los cortes en las vías y los cacerolazos en casas y edificios de todos los estratos, indicando que muchas cosas van a cambiar en Colombia. La Emergencia de la pandemia no permitió que el 21N siguiera el 25 de marzo de 2020, pero la sabiduría de “los viejitos del CNP” abonó el árbol con un Pliego de Emergencia. Duque lo menosprecia, desatendiendo a 22 millones de habitantes en la pobreza y 20 millones entre el desempleo, informalidad e inactivos, que ven cómo con indolencia concentra los recursos en el capital financiero transnacional y en los todopoderosos, enfrentándolos inermes a la temida covid-19. Los “viejitos del CNP” convocan entonces el Paro Nacional del 28 de abril de 2021, 28N, resultando la más grande gesta de explosión social de Colombia.
El Paro produce otro fruto: La presión nacional e internacional le baja las ínfulas a Duque, lo que le hace decir que va a negociar, pero “de dientes pa’ fuera”, porque nombra negociador principal a Miguel Ceballos –quien ya había renunciado a su cargo de alto comisionado de Paz–, que junto a ministros y funcionarios acordaron un protocolo de garantías para la protesta social. Tras la renuncia de Ceballos, Duque nombra nuevo coordinador a Emilio Archila, con instrucciones de no firmar el acuerdo y dilatar la negociación mientras reprime al Paro para aplastarlo. El 6 de junio, en el rompimiento de negociaciones, el CNP expresa: “El Gobierno decidió…hacer uso desmedido de la fuerza pública, que ha producido a la fecha 77 homicidios, 1246 heridos, 2808 detenidos, 106 mujeres víctimas de violencia sexual y 74 ojos perdidos para igual número de jóvenes, sin contar los heridos de la fuerza pública”. Fruto del paro quedó desenmascarado un Gobierno sanguinario, represivo e intransigente.
Otros frutos. Le tumbó a Duque: La entrega del servicio de taxis a las plataformas que dejaban a miles de familias sin sustento; la reforma tributaria que le sacaba del bolsillo a las clases media y pobre $20 billones; la reforma a la Salud, que le trasladaba $50 billones anuales y todo el negocio a las multinacionales; a la canciller; el ministro de los Bonos de Agua –un tal Carrasquilla– y hasta al coordinador de negociación. El Paro Nacional, como buen árbol, tiene que comenzar a cargar la nueva cosecha, por lo cual “los viejitos del CNP” proponen: ¡hacer ajustes para continuar la batalla!
Cartagena – Bolívar, 14 de junio de 2021
Comunicador Social – Periodista
arlexariasarias@yahoo.com
Compartir publicación