Sin vías no hay desarrollo ni paz
Juan Pablo Puentes – tomado de OPA Noticias
26 de septiembre de 2022
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En días pasados el país conoció otro repudiable hecho de violencia, esta vez con un saldo lamentable de 8 policías asesinados. Este sucedió en jurisdicción de San Luis, corregimiento del municipio de Neiva.
A pesar de ser parte de Neiva, muchos habitantes del casco urbano, de lo que llamamos la ciudad, ni siquiera sabían que existe esta zona rural de nuestro municipio y pues ni hablemos de las personas del resto del país. En un trino de Noticias RCN por ejemplo, se refirieron a San Luis como un “municipio” del Huila (Haga click aquí para ver la noticia).
Este hecho anecdótico lo traigo a colación para resaltar el desconocimiento que se tiene de regiones como San Luis. Más importante aún, para resaltar como zonas con enormes potenciales de desarrollo están relegadas, olvidadas, sumidas en el atraso y en muchos casos también en la violencia de actores armados ilegales. La historia es similar con otras partes no solo de Neiva sino de muchos otros municipios del Huila y de la región surcolombiana.
Un factor fundamental para explicar la situación de estas zonas es la situación de las vías. En el caso de San Luis, a pesar de estar a escasos 60 kilómetros aproximadamente del casco urbano de Neiva, se puede gastar 4 horas o más, dependiendo del estado de la vía, en llegar a este. ¡Puede ser más rápido ir a Bogotá que a San Luis!
Este absurdo que mencionaba en mi Twitter el pasado sábado (Haga click aquí para ver) se debe al mal estado de la vía. Una vía en mal estado en casi todo su recorrido, ni siquiera en el tramo hasta el municipio de Palermo está en buen estado. Una vía en gran parte estrecha y sin pavimentar que por supuesto genera, por los altos tiempos de desplazamiento, situaciones de casi aislamiento, especialmente si le sumamos otros factores como la mala conectividad celular. Todo esto a su vez perpetua el atraso y en últimas es caldo de cultivo para la violencia y la ilegalidad en general.
Esto es así por cuanto malas vías significan mayores costos para sacar la producción agropecuaria, mayores costos para traer los insumos y en últimas por tanto menor competitividad (los productos terminan siendo más costosos para los consumidores finales por los mayores costos). Lo anterior a su vez se traduce en que la economía legal es poco rentable y por tanto difícilmente crece. Todo esto por supuesto significa crecimiento mínimo o nulo, que las personas se terminen yendo de la zona o más fácilmente puedan caer en economías ilegales.
Así pues, si lo que queremos es que regiones como San Luis, así como muchas otras del departamento y del sur colombiano en general, disminuyan la violencia y logren avanzar hacia la paz, en primer lugar necesitan buenas vías de comunicación, buenas carreteras. La paz no puede llegar si no hay empleo, oportunidades para producir legalmente, si no hay desarrollo. Sin bienestar para la población no puede haber paz.
El gobierno de Petro ha venido recalcando en que le apostará, pareciera que ese quiere que sea su legado, a lograr la ‘paz total’. La paz es sin duda un objetivo loable al que todos los gobiernos deben siempre apuntar, entre otras cosas porque es ‘un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento’ de acuerdo a nuestra constitución. No obstante, como se explicó, esa paz pasa necesariamente por más y mejores vías de comunicación para las regiones que como la nuestra históricamente han estado afectadas por la violencia.
Si el gobierno Petro quiere avanzar hacia la paz en la región surcolombiana, una región que bastante lo necesita, es necesario contar con una buena carretera Suaza (Huila) – Florencia (Caquetá), es necesario que se acaben las promesas de más de dos décadas y se vuelva un hecho la pavimentación de la vía Neiva – Balsillas – San Vicente del Caguán, que se vuelva un hecho la carretera de Colombia (Huila) con Uribe (Meta), la pavimentación total de la vía La Plata (Huila) – Popayán (Cauca). Incluso, sería necesario que la famosa Ruta 45 no solo reciba las mejoras ya planteadas y que se supone se van a ejecutar en los próximos años, es ya necesario que se haga una doble calzada por lo menos hasta Pitalito, no olvidemos que estamos hablando de la vía troncal del Huila que da acceso a Caquetá, Putumayo e incluso a Ecuador, es una vía de importancia incluso internacional. Lo anterior es solo una parte de las vías fundamentales que necesita la región y precisamente por su importancia mencionaré más en detalle en una futura columna.
Así pues, en el Plan Nacional de Desarrollo y especialmente en las ejecutorias de estos cuatro años del gobierno Petro, porque llevamos décadas de promesas y proyectos en el papel, veremos si las promesas de ‘paz total’ se traducen en vías para el sur colombiano. Porque sin vías no hay desarrollo, sin vías no hay paz.
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