Tomado de La Nación
El exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, visitó ayer la capital del Huila y habló sobre su inminente aspiración presidencial. Dijo que la inseguridad es hoy el mayor problema de los colombianos, por lo que prometió, si es Presidente de la República, el fortalecimiento de la fuerza pública para enfrentar los grupos ilegalmente armados. Habló duro contra la corrupción en el Gobierno Petro y envió un mensaje a quienes aún lo tildan de “tibio”.
Sergio Fajardo, exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia, ¿está listo para aspirar a la Presidencia de la República?
Estoy firme, listo, preparado, convencido y motivado. No tengo la menor duda de que nos tocará gobernar en 2026 en uno de los contextos más difíciles de la historia reciente de Colombia. Déjeme explicarlo para que podamos entrar en materia en todas las discusiones que seguramente surgirán en nuestra conversación. Colombia, en general, como el Huila, es un pueblo amable. La gente es cariñosa, sencilla. Aquí hay pocas élites, pero realmente es un pueblo sencillo. En todas partes se canta, se baila, a pesar de toda la violencia que hemos vivido. Porque todos nosotros, los que estamos hoy en Colombia, hemos tenido que convivir con la violencia, que ha sido parte de nuestras vidas. Sin embargo, la gente es resiliente; hoy esa Colombia no está. He tenido el privilegio de recorrer el país en varias ocasiones, una verdadera fortuna que me ha permitido estar cercano a la gente y entender su realidad. Tenemos que entender que la política debe cambiar. El cambio empieza por la forma en que hacemos política, porque luchando y transformando esa forma, podemos enfrentar los problemas que hoy nos asolan. Uno de los mayores desafíos es el cáncer de la corrupción, que azota nuestro país.
En las encuestas, usted aparece punteando junto a Vicky Dávila y Gustavo Bolívar. ¿Es este el principal motivo para lanzarse nuevamente a la presidencia?
No. Yo ya he participado (en elecciones). Esta es la tercera, e incluso una media, porque en 2010, cuando estaba con la ola verde junto a Antanas Mockus, tuve un accidente en bicicleta y me quebré la cadera, lo que me impidió participar como candidato a la vicepresidencia. Por eso digo que fue media. Esta es la tercera ocasión en la que tengo la intención de participar. El próximo año cumpliré 70 años. Lo hago por convicción. Hemos luchado, trabajado y transformado la política, haciendo las cosas de otra manera. Con orgullo puedo decir que fui elegido el mejor alcalde de Colombia, logrando cambios profundos en la ciudad; y también fui reconocido como el mejor gobernador del país, con equipos maravillosos. Parte de nuestro trabajo ha sido la resiliencia, la convicción en principios y mantenernos coherentes y consistentes en nuestra forma de hacer política. En 2018 voté en blanco, y en 2022 también. Me han dicho de todo, pero he respondido: “Aquí estamos, firmes”. La vida nos ha demostrado que ni (Iván) Duque ni (Gustavo) Petro han hecho un buen gobierno. Viene la película del buen gobierno, y esa es la esperanza que tengo para el país.
¿Cuál será su plataforma política? ¿Cómo piensa llegar a la Presidencia? ¿Se integrará en una coalición con el Nuevo Liberalismo? ¿Seguirá formando parte del partido Dignidad y Compromiso? ¿Qué estrategia tiene en mente?
Primero, estamos construyendo una coalición con el Nuevo Liberalismo, el Partido Mira, Dignidad y Compromiso para el Congreso. Hemos avanzado en las conversaciones, puliendo detalles, porque en política siempre hay inquietudes. Pero estoy contento con la coalición que estamos formando, que, aunque tiene diferencias, comparte objetivos claros. Lo importante es entender en qué nos unimos y en qué nos diferenciamos. Cuando lo que nos une es más fuerte que lo que nos separa, podemos trabajar juntos, convivir y respetarnos. Esa es la ruta que seguimos. En lo personal, hice una reflexión profunda sobre las lecciones aprendidas. En 2018, casi por 200.000 votos, no logré ser presidente. La vida continúa. En 2022, la experiencia con la coalición Centro Esperanza fue negativa. No voy a hablar mal de las otras personas; hablo de mí. Estaba en un lugar equivocado. Pero así es la vida, y de esas experiencias hay que aprender. El año pasado, desde febrero, tomé decisiones para corregir otros problemas. Reconocí que no había entendido la dimensión de las redes sociales. Puse prejuicios a un lado, aprendí a comunicarme en otros lenguajes y con otra cultura. Ha sido un proceso maravilloso, y he llegado a públicos que nunca imaginé.
Usted ha mencionado que está dispuesto a dialogar con la izquierda, la derecha y el centro. ¿Cómo se traduce esto en la práctica?
He dicho que debe ser un gobierno que convoque a todos esos sectores. Quien gana, escoge la cancha en la que quiere jugar. No se trata de comenzar con una coalición de izquierda, centro y derecha solo para llegar al poder, sino de ganar con una propuesta que represente ese espíritu. Cuando llegamos al poder, tenemos la capacidad de convocar a otros. La diferencia es esa: no inicio con una coalición ya formada, sino que puedo dialogar con diferentes sectores y construir alianzas sobre lo que nos une. He hecho política, trato siempre de ser respetuoso y considero que no debo avergonzarme de mantener una conducta decente. No insulto ni maltrato a nadie. Mi educación me enseñó a respetar a las personas, y eso es fundamental. Podemos discutir y discrepar, pero Colombia necesita construir sin miedo ni rabia. La rabia y el miedo solo nos llevan a la destrucción. Colombia necesita salir de ese miedo y esa rabia para avanzar. Es un proceso complejo, pero es la tarea que tengo en mente.
En su recorrido por el país, ¿qué ha encontrado como los mayores problemas?
La seguridad. La inseguridad me impresiona, y he recorrido muchas regiones. En esta semana, que finalizo hoy en Neiva, estuve en Puerto Gaitán, Meta; en Bichada, en Cali, y en Bogotá. En todos lados, la inseguridad es evidente. En Cali, la extorsión es un gran problema, y en la ciudad, la presencia de secuestros exprés y otros delitos aumentan. La seguridad ciudadana es una gran preocupación. En las áreas rurales, la situación es aún peor. La llamada “paz total” ha generado un caos total. El presidente prometió en su momento que en tres meses no habría presencia del Eln en el país. La realidad actual es otra. Estuve en Chocó y Arauca, y la situación allí es alarmante. La política de “paz total” ha llevado al caos. Siempre he apoyado los procesos de paz, pero hay lecciones que aprender. Colombia lleva 45 años negociando, y aún hay mucho por hacer para lograr una verdadera paz duradera.
Doctor Fajardo, si usted fuera el presidente de la República, el día uno, ¿cuál sería su postura frente a los grupos al margen de la ley? Suponiendo que el escenario actual se mantenga igual o empeore, ¿qué le diría en ese momento?
No es que tenga que ser exactamente el día uno; se lo estoy diciendo hoy y de aquí en adelante hasta que nos toque. Tenemos que fortalecer la fuerza pública. Punto. Hay que fortalecerla, convocar a las instituciones, evaluar en qué situación están, cuál es su estructura, qué inteligencia se requiere y qué acciones deben tomarse. Yo le doy la fórmula: articulamos los artículos y los ponemos en marcha. Es que ya he gobernado antes. Ahora, ¿con quién hay que hacerlo? Con quienes saben. Hay que convocarlos y ser capaz de dar instrucciones claras, plantear los retos y recuperar el espíritu. Todos tenemos una motivación en la vida, y ustedes trabajan con la esperanza de que la nación cada día sea mejor. Hay que ser articulado, poner a las personas correctas en los lugares adecuados.
Como presidente de la República, ¿qué propondría desde su formación como matemático para solucionar los problemas del país? ¿Presentaría reformas? ¿Cuáles serían sus puntos principales en gobernabilidad?
Yo no empezaría con reformas, sino con medidas de cuidados intensivos: en primer lugar, la seguridad. No basta con reformas; hay que trabajar de inmediato. La salud, por ejemplo, está en deterioro. Todos conocemos a alguien que, antes, podía obtener una cita en un mes, y ahora tarda hasta seis meses, sin ninguna certeza de que será atendido. Los medicamentos también escasean o no se entregan a tiempo. Muchas personas están sacando dinero de su bolsillo para comprar medicinas porque no pueden esperar meses por una receta. Este sistema lo están deteriorando. En los hospitales públicos, todos están en crisis —sin entrar en temas de corrupción o de los hospitales privados—, pero los públicos, en 900 municipios, están en una situación crítica. ¿Qué hay que hacer? No es solo una reforma; primero hay que trabajar intensamente. La corrupción en salud ha sido un problema grave, y no podemos permitir que siga ocurriendo. En educación, ¿cuál es el problema principal? Cuando se hace una encuesta, la gente prioriza la seguridad, luego la salud, después la corrupción, las vías, y en octava posición, la educación. La gente dice que no le preocupa mucho la educación.
Doctor Fajardo, cada vez que realiza una publicación, desde la izquierda le acusan de ser tibio, especialmente por el tema de las ballenas, ¿le molesta que desde la izquierda o los petristas lo llamen tibio?
Para nada. Aquí está el “tibio”. Esto les va a gustar: por supuesto que no. ¿Por qué me llaman tibio? Porque voté en blanco. Pero eso no significa que no tome decisiones. Yo tomé una postura clara. Si quisiera negociar, ya habría llegado a acuerdos, pero nunca he negociado principios. Los principios no se negocian. No estoy con Benedetti, señores y señoras. Respeto a quienes votaron por Petro y tenían esperanza en él, pero nunca he sido irrespetuoso con nadie. Entonces, ¿qué significa ser tibio Aquí está el “tibio”: alcalde de Medellín, gobernador de Antioquia, casi presidente de Colombia, y todo esto sin comprar un solo voto, ni uno. Ni un Benedetti junto a mí. Eso he sido yo.
Se hundió la consulta popular. El presidente Petro está convocando marchas masivas en las calles, a salir a protestar. ¿Cómo ve usted esa situación? ¿Cuál es su análisis y qué puede pasar en los próximos días?
Desde el primer día dije que esas marchas son una forma de hacer política. A estas alturas, ¿creen que el presidente Petro está realmente preocupado por los trabajadores? Él inventó la consulta para movilizar a la gente y hacer campaña desde ya. Ha repartido dinero en todos lados para hacer campaña y ese ha sido su sueño. Esa ha sido su estrategia. El discurso del presidente Petro es que al pueblo no le han permitido cambiar sus condiciones, y él busca culpar a otros. Es muy hábil para pelear, insultar y confrontar. Petro es muy bueno en eso, y eso es lo que busca. Creo que esto puede ser un daño muy grande para el país. Se necesita una reforma laboral, mejorar las condiciones de los trabajadores y generar más y mejor empleo, sin duda. También hay que trabajar con los jóvenes para articular empleo, educación y oportunidades de desarrollo. Se requiere un trabajo digno, luchar contra la informalidad y dar un tratamiento especial a las MiPymes para facilitar su crecimiento. Pero eso debe hacerse en el Congreso. Yo no pertenezco al Congreso, ni tengo influencia allí, pero esa reforma es necesaria. Lo que busca el presidente, en cambio, es hacer política y no resolver los problemas reales.
Doctor Sergio Fajardo, ¿cuál es su mensaje final para todos los huilenses en estos momentos?
Muchas gracias por escucharme. Los invito a reflexionar sobre lo que represento, y a muchas otras personas que me acompañan en esta visión. Se puede cambiar, se puede transformar, y hay que luchar contra las desigualdades. La política debe transformarse. Es fundamental entender la magnitud del reto en seguridad. Nosotros tenemos la capacidad de convocar un gobierno de izquierda, centro o derecha; Colombia necesita sanar. Lo que menos necesitamos es aumentar el miedo y la rabia. Colombia debe sanar, y nosotros representamos esa alternativa política. Les pido que nos apoyen, que compartan este mensaje, y que participen activamente. Si creen que hay otras personas mejores, no hay problema; voten por ellas. Pero, por favor, pónganme atención: esto es posible. Sabemos cómo hacerlo.