¿Qué pasa cuando somos tibios ante un genocidio?

KAREN A. DAVID DACCARETT

5 de diciembre de 2023

La respuesta inmediata es que se legitima; pero, si lo pensamos bien estamos permitiendo un nuevo orden o, peor aún, reafirmando las viejas prácticas de colonialismo, apartheid, limpieza étnica y suprematismo.

 

Lo que se vive en Gaza es una escalofriante catástrofe humanitaria sin igual en la historia reciente. ¿En qué nos hemos convertido?, ¿en espectadores de la crueldad sin calcular que eso mismo le puede suceder a cualquier pueblo?

 

¿Dónde están los valores cristianos, que, a propósito, nacieron en la Palestina histórica? Occidente fracasó como civilización, pues no consiguió detener las guerras, las conquistas, la esclavitud y la miseria, por parafrasear a Nicolás de Condorcet.

 

¿Dónde está la Iglesia católica? Su silencio, desde los púlpitos, es aplastante. No es posible pedir por la paz si esta no se busca realmente. La paz se construye desde el discurso mismo, desde la denuncia y reprobación de todos, empezando por las cabezas visibles de las diferentes iglesias.

 

Condenar a Israel por sus actos de terror en contra de los nativos de Palestina, práctica que no comenzó este 7 de octubre, sino que es de vieja data, no nos hace antisemitas. Y es que nos han querido vender esa idea. La lucha es contra el sionismo, una ideología nacionalista y racista surgida a finales del siglo XIX en Europa. ¡Que no nos confundan! En el terreno, son más semitas los palestinos que los judíos europeos que fundaron Israel.

 

Alimentar las prevenciones sistemáticas hacia un grupo humano, instrumentalizar la Biblia para sustentar la colonización de Palestina y plantar evidencias en hospitales son algunas de las estrategias de la maquinaria propagandística israelí, emanada de sus canales oficiales para camuflar sus crímenes contra la humanidad. Esta maquinaria es tan poderosa como su ejército de ocupación, al cual hoy quieren reivindicar llamándolo “Fuerzas de Defensa de Israel”.

 

El 8 de octubre, en respuesta al ataque, Netanyahu advirtió: “Hamás ha abierto las puertas del infierno en la Franja de Gaza”. Con todo, ¡lo permitimos! Hace poco, el médico noruego Mads Gilbert manifestó que si le dieran a escoger entre el Hospital Al Shifa y el infierno, él escogería este último.

 

Los discursos de odio ya empiezan a hacer mella en un mundo dividido verticalmente. La cuestión palestina no es una causa de derecha o de izquierda, es una causa de la humanidad, del mundo libre.

 

Para nadie es un secreto que Israel es la punta de lanza de los intereses de Occidente en la región. Sin embargo, nos hemos preguntado qué va a pasar el día después de que termine esta masacre. ¿Qué vamos a hacer con los miles de huérfanos, viudas, mutilados, desfigurados, traumatizados y desplazados?

 

Y como siempre, será la Comunidad Internacional quien pague por los “daños colaterales” que Israel deja a su paso…

 

*Investigadora, autora y editora.

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