Calidad de la educación: ¿culpa de los maestros?

Gildardo Quevedo

7 de octubre

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Villavicencio, octubre de 2022. Gildardo Quevedo. Docente, Directivo de la CUT Meta y Equipo de Tribuna Magisterial Meta. 

En Colombia todos compartimos que la calidad de la educación está en serios problemas y quizás no se requiere hacer más estudios para determinar dónde está el meollo del problema. Han hecho estudios organismos internacionales (OCDE), fundaciones nacionales y seguramente que hasta el propio Ministerio de Educación, el más implicado, pero paradójicamente, no es el más autorizado en estos temas, empezando por su propia definición de lo que considera que es la calidad y por las medidas de desmonte del aparato educativo que ha venido realizando, apenas se logró la aprobación de la ley general de Educación.

La conclusión es que la calidad va de mal en peor, pero ¿es culpa de los maestros?, veamos:

La Ley General de Educación, ley 115 de 1994, es la única reforma educativa de la historia de la Colombia Republicana que ha sido discutida y negociada con parte de los actores vivos de la Escuela, como ha ocurrido con las reformas educativas de los países más emblemáticos de calidad educativa, especialmente los europeos.

Los maestros, representados en FECODE arrancaron el compromiso de aprobar una ley general de educación al Gobierno de César Gaviria, en un paro de casi dos meses. La participación de padres de familia y organizaciones estudiantiles en las calles fue determinante y como observadores de los procesos de discusiones y acuerdos.

Dos columnas formidables sostienen, en teoría, el aparato educativo construido con la ley 115 de 1994. La autonomía escolar una, y la libertad de cátedra, otra.

Esta ley fue aprobada a regañadientes por el establecimiento, que entonces se pintó abiertamente de Neoliberal o librecambista, cuando Gaviria dijo «Bienvenidos al Futuro» e inició la privatización de todo lo que se moviera con marca estatal, la salud y por supuesto la educación con la “apertura educativa”.

Con la educación promovió la entrega de los colegios a las comunidades, al igual que hizo con los Hospitales a las Entidades Territoriales, pero ahí estaban los maestros y Fecode que impidieron su privatización.

El demonio Neoliberal no descansa y para hablar de calidad, que es nuestro tema en este artículo, la ley General de educación consagró que debería crearse en el sistema, el preescolar de 3 grados. Pero fue lo primero que eliminaron en sus ejecuciones de los planes decenales de educación. No hay preescolar en la educación Colombiana. Desde 1991 se engaña al país con un SUCEDANEO llamado TRANSICIÓN, que no es para nada, el preescolar de tres grados.

Hemos perdido la posibilidad del desarrollo del potencial de la inteligencia de los niños colombianos durante 30 años, quienes durante sus primeros cinco años desarrollan la mayor parte de las conexiones neuronales y capacidades de socialización. Esto es peor que el aislamiento de la pandemia y no fue la naturaleza la causante.

Apenas llegado al poder otro Neoliberal, arropado con ínfulas progresismo, Ernesto Samper, con todo y el escándalo del “Elefante” que no vio entrar a su campaña, dieron un nuevo golpe a la Ley general de educación que averió gravemente sus columnas de la AUTONOMIA ESCOLAR Y LIBERTAD DE CÁTEDRA.

Samper expidió la norma de «estándares y competencias» para facilitar supuestamente el trabajo de los docentes. De ahí en adelante cada Ministro puso sello Neoliberal a su período y cada día caía más la calidad de la educación. Hoy son los DBA los llamados derechos básicos de aprendizaje que preparan el terreno a una reducción del currículo establecido en la ley general, modifica los PEI, formaliza la eliminación de las artes, la educación física, la experimentación en laboratorios y otros desastres más, que empeorarán la calidad de la educación, en aplicación de la regla fiscal del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Pero no podemos terminar sin mencionar quizás al campeón de estás desgracias de la Educación y particularmente de la calidad:

ANDRES PASTRANA. Impuso la promoción automática y la reducción de recursos, mediante la creación de un SISTEMA GENERAL DE PARTICIPACIONES (SGP), para frenar las transferencias que había establecido la Constitución de 1991 a salud, educación y saneamiento básico.

La promoción automática está produciendo bachilleres semianalfabetos desde hace años. Y no es culpa de los docentes, están obligados a promocionar la mediocridad.

Y por cuenta de Pastrana y Uribe, quien hizo otros dos recortes de recursos, se están cayendo literalmente los colegios.

No se salva el payaso antecesor de Iván Duque, Juan Manuel Santos, quien contrató cerca de 4 billones para infraestructura, en su mayoría convertidos en elefantes blancos y prometió al igual que Duque una reforma constitucional para incrementar los recursos del SGP. Como decimos coloquialmente: Ni m…

Y Petro, o mejor, su ministro Alejandro Gaviria, dijo que de eso hablaremos el año entrante…»si hay ambiente en el Congreso», pero su Viceministro Hernando Bayona, está ambientando la implosión de los dos estatutos el 2277 y 1278 con un nuevo estatuto que obstaculiza el ascenso, cada 7 años con evaluación anual, un retroceso laboral inaudito. Implosión facilitada por el oportunismo de alguna dirigencia sindical. Dañar las condiciones laborales que han logrado los maestros durante años tampoco es la fórmula para mejorar la calidad.

Ahora juzgue usted señor lector/a: ¿Es culpa de los docentes la mala calidad de la educación colombiana?

¿Se justifican por esta vía los embelecos del Viceministro de Educación, que promueve la creación de otro estatuto, dizque para mejorar ahora sí la calidad de la Educación?

En Colombia todos compartimos que la calidad de la educación está en serios problemas y quizás no se requiere hacer más estudios para determinar dónde está el meollo del problema. Han hecho estudios organismos internacionales (OCDE), fundaciones nacionales y seguramente que hasta el propio Ministerio de Educación, el más implicado, pero paradójicamente, no es el más autorizado en estos temas, empezando por su propia definición de lo que considera que es la calidad y por las medidas de desmonte del aparato educativo que ha venido realizando, apenas se logró la aprobación de la ley general de Educación.

La conclusión es que la calidad va de mal en peor, pero ¿es culpa de los maestros?, veamos:

La Ley General de Educación, ley 115 de 1994, es la única reforma educativa de la historia de la Colombia Republicana que ha sido discutida y negociada con parte de los actores vivos de la Escuela, como ha ocurrido con las reformas educativas de los países más emblemáticos de calidad educativa, especialmente los europeos.

Los maestros, representados en FECODE arrancaron el compromiso de aprobar una ley general de educación al Gobierno de César Gaviria, en un paro de casi dos meses. La participación de padres de familia y organizaciones estudiantiles en las calles fue determinante y como observadores de los procesos de discusiones y acuerdos.

Dos columnas formidables sostienen, en teoría, el aparato educativo construido con la ley 115 de 1994. La autonomía escolar una, y la libertad de cátedra, otra.

Esta ley fue aprobada a regañadientes por el establecimiento, que entonces se pintó abiertamente de Neoliberal o librecambista, cuando Gaviria dijo «Bienvenidos al Futuro» e inició la privatización de todo lo que se moviera con marca estatal, la salud y por supuesto la educación con la “apertura educativa”.

Con la educación promovió la entrega de los colegios a las comunidades, al igual que hizo con los Hospitales a las Entidades Territoriales, pero ahí estaban los maestros y Fecode que impidieron su privatización.

El demonio Neoliberal no descansa y para hablar de calidad, que es nuestro tema en este artículo, la ley General de educación consagró que debería crearse en el sistema, el preescolar de 3 grados. Pero fue lo primero que eliminaron en sus ejecuciones de los planes decenales de educación. No hay preescolar en la educación Colombiana. Desde 1991 se engaña al país con un SUCEDANEO llamado TRANSICIÓN, que no es para nada, el preescolar de tres grados.

Hemos perdido la posibilidad del desarrollo del potencial de la inteligencia de los niños colombianos durante 30 años, quienes durante sus primeros cinco años desarrollan la mayor parte de las conexiones neuronales y capacidades de socialización. Esto es peor que el aislamiento de la pandemia y no fue la naturaleza la causante.

Apenas llegado al poder otro Neoliberal, arropado con ínfulas progresismo, Ernesto Samper, con todo y el escándalo del “Elefante” que no vio entrar a su campaña, dieron un nuevo golpe a la Ley general de educación que averió gravemente sus columnas de la AUTONOMIA ESCOLAR Y LIBERTAD DE CÁTEDRA.

Samper expidió la norma de «estándares y competencias» para facilitar supuestamente el trabajo de los docentes. De ahí en adelante cada Ministro puso sello Neoliberal a su período y cada día caía más la calidad de la educación. Hoy son los DBA los llamados derechos básicos de aprendizaje que preparan el terreno a una reducción del currículo establecido en la ley general, modifica los PEI, formaliza la eliminación de las artes, la educación física, la experimentación en laboratorios y otros desastres más, que empeorarán la calidad de la educación, en aplicación de la regla fiscal del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Pero no podemos terminar sin mencionar quizás al campeón de estás desgracias de la Educación y particularmente de la calidad:

ANDRES PASTRANA. Impuso la promoción automática y la reducción de recursos, mediante la creación de un SISTEMA GENERAL DE PARTICIPACIONES (SGP), para frenar las transferencias que había establecido la Constitución de 1991 a salud, educación y saneamiento básico.

La promoción automática está produciendo bachilleres semianalfabetos desde hace años. Y no es culpa de los docentes, están obligados a promocionar la mediocridad.

Y por cuenta de Pastrana y Uribe, quien hizo otros dos recortes de recursos, se están cayendo literalmente los colegios.

No se salva el payaso antecesor de Iván Duque, Juan Manuel Santos, quien contrató cerca de 4 billones para infraestructura, en su mayoría convertidos en elefantes blancos y prometió al igual que Duque una reforma constitucional para incrementar los recursos del SGP. Como decimos coloquialmente: Ni m…

Y Petro, o mejor, su ministro Alejandro Gaviria, dijo que de eso hablaremos el año entrante…»si hay ambiente en el Congreso», pero su Viceministro Hernando Bayona, está ambientando la implosión de los dos estatutos el 2277 y 1278 con un nuevo estatuto que obstaculiza el ascenso, cada 7 años con evaluación anual, un retroceso laboral inaudito. Implosión facilitada por el oportunismo de alguna dirigencia sindical. Dañar las condiciones laborales que han logrado los maestros durante años tampoco es la fórmula para mejorar la calidad.

Ahora juzgue usted señor lector/a: ¿Es culpa de los docentes la mala calidad de la educación colombiana?

¿Se justifican por esta vía los embelecos del Viceministro de Educación, que promueve la creación de otro estatuto, dizque para mejorar ahora sí la calidad de la Educación?

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