Bailándole el agua a la alcaldesa

Por Cristino Álvarez Jorge
09 de mayo de 2024

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Bailándole el agua a la alcaldesa

El 5 de marzo, el Concejo de Soledad le aprobó a la alcaldesa Alcira Sandoval, por 18 votos a favor y uno en contra, el proyecto de Acuerdo en el que solicitaba un cupo de endeudamiento por 250 mil millones de pesos, muy al estilo de lo que hizo el de Barranquilla. Y dada la semejanza con lo que sucedió en el Distrito parece que se volvió costumbre romper todas las reglas, pues el Consejo Territorial de Planeación no le había dado al borrador su concepto y sus recomendaciones y mucho menos radicado en la Corporación su plan de desarrollo.

 

Muy a pesar de que el Concejo anda bailándole el agua a la alcaldesa, las finanzas del municipio no son ni lo medianamente sólidas como para asumir semejante compromiso, y ese espaldarazo puede convertirse en una nueva fuente de dificultades para el ente territorial. A diciembre 31 de 2023, el saldo de la deuda pública del municipio con el sector financiero ascendía a casi 130 mil millones de pesos o, más precisamente, 127 mil 491 millones 799 mil 198 pesos, cifra muy superior [1.09 veces más] a la sumatoria de las dos mayores fuentes de ingresos propios que tienen las finanzas municipales, el impuesto de industria y comercio y el impuesto predial, recursos que serán pignorados con el nuevo cupo de endeudamiento y cuyo recaudo está tasado para el 2024 en el presupuesto de ingresos y gastos (Acuerdo No. 000305 de 2023) en 74 mil 513 millones 163 mil 145 pesos y 41 mil 595 millones 854 mil 990 pesos, respectivamente.

 

Sumémosle que el municipio suscribió el 10 de mayo de 2012 un acuerdo de reestructuración de pasivos con sus acreedores. “Que el 7 de mayo de 2021 se modificó el acuerdo, incorporándose pasivos por $65.062 millones y el plazo de ejecución del acuerdo se extendió hasta el cierre de la vigencia fiscal de 2024” [1] y que “el saldo del pasivo exigible al cierre del mes de diciembre de 2021 ascendía a $114.985 millones” [2]. Ahora bien, teniendo en cuenta que el saldo a 31 de diciembre de 2023 con los acreedores es de 34 mil 621 millones 164 mil 418 pesos, estamos frente a compromisos financieros por el orden de la no despreciable suma de 162 mil 112 millones 963 mil 616 pesos, que significan mucho para las maltrechas y desfalcadas finanzas municipales, a tal punto que la administración se ha visto en la necesidad de solicitarle al Concejo autorización para prorrogar el Acuerdo de reestructuración de pasivos porque los recursos no dan para saldar el compromiso contraído. Y eso que apenas estamos en los primeros cinco meses, que podrían ser los gozosos, del primer año de doña Alcira Sandoval.

 

Y aunque el municipio estuvo durante los años 2020, 2021 y 2022 por debajo del límite establecido por la Ley 617 de 2000 sobre gastos de funcionamiento, tal como lo certifica la Contraloría General de la República, es bueno señalar que, en promedio en esos tres años, más del 45% de los ingresos corrientes de libre destinación [ICLD] se fueron en gastos de funcionamiento, quedando menos del 60% para gastos de inversión, pago de intereses y amortización de la deuda y para cubrir los compromisos del acuerdo de reestructuración de pasivos, acuerdo que fenece el 31 de diciembre de 2024.

 

En los gastos de funcionamiento, el rublo que más pesa son los gastos de personal que, según la fragmentaria información de la Contraloría General de la República, fue de 18.103 millones de pesos en 2018; 21.624 millones en 2020 y 17.905 millones de pesos en 2022. Y aunque en el 2022 los gastos de personal disminuyeron un 17,20% con relación al 2020, los gastos generales se incrementaron en un 84,84%, pasando de 6.698 millones de pesos en 2020 a 12.382 millones en el 2022. En 2023 y 2024 ese ritmo de gasto se mantendrá en los dos rublos, en el primero de los años por haber amarrado votos y en el segundo para cumplir los compromisos adquiridos en la campaña electoral, dándole rienda suelta en el festín a la vinculación de personal de sus aliados políticos y de quienes llegaron a la coalición mayoritaria del Concejo. Y como no hay control, pues que siga la francachela en la casa de Caifás.

 

Todo indica que la solicitud del cupo de endeudamiento, que comprometerá la financiación del plan de desarrollo, se da porque doña Alcira encontró la olla raspada y las finanzas municipales de Soledad, de acuerdo con los presupuestos aprobados por el Concejo para los años 2021, 2022, 2023 y 2024, dependen, en más del 72%, de las transferencias corrientes de la nación, recursos que tienen destinación específica para sectores como educación, salud, saneamiento básico, etc., los cuales no se pueden utilizar para otros menesteres. Esa dependencia de la nación pone al descubierto la debilidad de los ingresos propios del municipio. Y si a esa debilidad de los recursos se le imprime una desenfrenada contratación por órdenes de prestación de servicios, dentro de pocos meses se verán agotados.

 

¿Será, como están las cosas, que el cupo por 250 mil millones pesos tendrá el aval de los bancos y de la nación? Si lo tiene los grandes damnificados, quienes pagarán los platos rotos, serán, como siempre, los contribuyentes soledeños.

 

[1]https://www.minhacienda.gov.co/webcenter/ShowProperty?nodeId=%2FConexionContent%2 FWCC_CLUSTER-209781%2F%2FidcPrimaryFile&revision=latestreleased

 

[2] Ibid.

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