Penitencia de Cuaresma
Héctor Abad Faciolince – Tomado de El Espectador
19 de abril de 2022
En los 40 días y 40 noches que van desde el Miércoles de Ceniza hasta la última cena, se supone que en nuestra cultura cristiana uno haga algún tipo de penitencia y de reflexión. Aunque no soy cristiano, me gusta practicar ciertos rituales de nuestra tradición cultural y por eso me propuse, como gran sacrificio, leerme los programas de gobierno de los tres candidatos a la Presidencia de Colombia que encabezan las encuestas: Petro, Fico y Fajardo. Penitencia y deber ciudadano, al mismo tiempo, si uno quiere depositar un voto informado.
La prosa de estos programas suele estar cargada de optimismo, de fe en un futuro rosa en el que, por arte de un mesías iluminado, la violenta, sangrienta, racista, clasista, corrupta, ignorante, polarizada, tramposa, desigual, mafiosa, indolente Colombia, en cuatro años maravillosos, se convierte en el paraíso terrenal.
Para ser justos, de los tres programas el más mesiánico es el de Petro. Allí se nos asegura que, con este iluminado, Colombia será al fin, gracias a sus “políticas del amor y de la vida”, una patria de la igualdad para todos, potencia mundial de la vida, con pleno empleo porque “el Estado ofrecerá empleo a quienes quieran y puedan trabajar”, creando un “stock de empleados”. Educación superior gratuita para todos; sistema público único universal de salud, en el que las “medicinas populares y alternativas” serán integradas al sistema de salud pública. Con Petro, incluso, “nuestro país será una sociedad libre de especismo”, es decir, no habrá maltrato animal ni espectáculos como corridas y peleas de gallos. No aclaran si, al dejar de ser especistas, seremos todos también vegetarianos al final del gobierno, o si se prohibirá la castración de mascotas, el sacrificio de pollos y cerdos, el ordeño de vacas y montar a caballo, todas estas banderas de los antiespecistas. No es que yo esté completamente en desacuerdo con esto. Me opongo, por ejemplo, a comer huevos de granjas industriales de gallinas ponedoras, pero creo que cerrarlas podría poner en riesgo el plan de que ningún niño se acueste con hambre en el país.
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