Norman Alarcón
12 de diciembre de 2022
Nadie osaría discutir la importancia de la empresa Triple A para la calidad de vida de más de dos millones y medio de personas en Barranquilla y otros catorce municipios del Atlántico, donde presta los servicios de agua, aseo y alcantarillado. Pero en los últimos años se vienen presentando una serie de situaciones relacionadas con la calidad del agua, las tarifas, el agua no contabilizada (ANC), el bajón en las inversiones en infraestructura y la disminución del recaudo, según cifras oficiales de la empresa en sus informes de Gestión y Sostenibilidad, que deben ser objeto de escrutinio público en procura de mejorar, para bien de todos, la gestión de esta “joya de la corona” de los atlanticenses.
Claro que hay que señalar aspectos relevantes como el aumento de las utilidades en los dos últimos años, de $83.637 millones en 2019, $94.817 millones en 2020 y más de $120.000 millones en 2021, resultados muy relacionados con las altísimas tarifas que vienen del modelo tarifario regional que les aprobó la Comisión de Regulación del Agua (CRA). Resaltar también que el negocio del aseo pasó a la Triple A, lo mismo que sus operarios.
Siempre pesará mucho en cualquier análisis de esta estratégica empresa la persistente corrupción. Como todo el país sabe, aun cuando los gobiernos se hacen los que no, los despojos accionarios y patrimoniales han sido tan inauditos, que llevaron a la Fiscalía General de la Nación a embargar más del 82% de las acciones de la española Inassa en la Triple A, con fines de extinción de dominio por un contrato de asesoría técnica ficticio que ha significado un desfalco de más de 80 millones de dólares, aparte de otros desfalcos por cerca de treinta mil millones de pesos que tienen tras las rejas al exgerente Ramón Navarro, quien ya admitió su participación en el hecho punible y repudiable, pero sin señalar a sus socios ni devolver los cuantiosos recursos. Por estos mismos hechos hay una Acción Popular de la Procuraduría General de la Nación exigiendo el resarcimiento a favor del distrito de Barranquilla y de los usuarios lesionados durante tantos años. Acaba de informar la Fiscalía General una nueva imputación de cargos por hechos similares. ¿Hasta cuándo?
Por un garlito auspiciado por el expresidente Iván Duque, se vieron beneficiados dos potentados al venderles las acciones de Inassa a la empresa mixta Alumbrado Público, con acciones mayoritarias del distrito de Barranquilla, uno de los cuales desistió del negocio, maniobra sobre la cual hay dudas de legalidad. En Justicia, la inmensa mayoría accionaria de la Triple A debería ser solo del distrito de Barranquilla, como una forma de reparar los despojos de que ha sido víctima a ojos vistos, para darle paso a una pujante empresa eficiente y rentable para todo el departamento del Atlántico.
Norman Alarcón Rodas
Barranquilla, 29 de noviembre de 2022
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