El reciente anuncio del cierre de la planta de General Motors en Colombia (Colmotores) es una mala noticia para el país. Se perdieron alrededor de 850 empleos directos, se debilitó el encadenamiento productivo y se redujo la capacidad del país para generar valor agregado.

 

Este es un signo de alarma del declive recurrente de la industria manufacturera, proceso que se desarrolla desde hace décadas y ha provocado que el PIB industrial haya pasado de representar en 1976 el 24%, a tan solo el 11,5% en 2023.

 

El último informe trimestral del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, publicado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), revela un decrecimiento del 5,9% en el valor agregado de las industrias manufactureras en comparación con el mismo período del año anterior. Este dato marca 13 meses consecutivos de resultados negativos para el sector.

 

Los sectores más afectados son aquellos que producen bienes de consumo duradero, especialmente el sector textil, que experimentó una caída del 13%; la fabricación de muebles, con una disminución del 8,3%; y el sector metalúrgico, el cual registró una caída del 7,3%.

 

La reducción de la actividad económica genera un impacto negativo en el bienestar de todos los habitantes. En el caso de Bogotá, se han perdido alrededor de 162.000 empleos en las industrias manufactureras en el periodo 2015-2023 (Gran Encuesta Integrada de Hogares), una pérdida importante para una ciudad donde, según el DANE, 495.000 personas se encuentran en el desempleo, cerca de 1,38 millones en la informalidad y 2,2 millones de personas viven en la pobreza.

 

Según la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico (SDDE), el crecimiento económico y la redistribución de ingresos son los principales factores que pueden contribuir a la reducción de la pobreza. Eso resalta la necesidad que tiene la ciudad de crear más riqueza si quiere avanzar en la reducción de la pobreza y elevar la calidad de vida de los ciudadanos de manera integral.

 

La industria manufacturera es fundamental para lograr este objetivo, debido a su alta generación de valor agregado, la creación de encadenamientos productivos que dinamizan la economía y la producción de empleos formales, estables y bien remunerados.

 

En este contexto, Acopi Bogotá Cundinamarca ha propuesto implementar una política de fomento a la industria manufacturera, que ya fue aprobada por el Concejo de Bogotá, que permita recuperar y crear más y mejores empleos, ampliar la capacidad de generar riqueza y promover el desarrollo económico.