El anteproyecto de Plan de Desarrollo de Galán no erradicará la pobreza, el hambre y la exclusión en Bogotá

Abr 8, 2024 | Bogotá, Política

El anteproyecto de Plan de Desarrollo de Galán no erradicará la pobreza, el hambre y la exclusión en Bogotá

Pronunciamiento de Dignidad & Compromiso Bogotá sobre el Anteproyecto de Plan de Desarrollo del alcalde Galán para Bogotá

EL ANTEPROYECTO DE PLAN DE DESARROLLO DE GALÁN NO ERRADICARÁ LA POBREZA, EL HAMBRE Y LA EXCLUSIÓN EN BOGOTÁ

 

El anteproyecto de Plan Distrital de Desarrollo de Galán restringe derechos, proyecta subsidios insuficientes y no apunta a resolver los problemas más sentidos para la ciudadanía

 

Desde Dignidad y Compromiso Bogotá alertamos que el anteproyecto de Plan Distrital de Desarrollo presentado por el alcalde Carlos Fernando Galán profundiza la grave crisis financiera de la ciudad, la pobreza y el hambre, la quiebra de la industria y el empresariado capitalino. El diagnóstico presentado al Consejo Territorial de Planeación muestra que el anteproyecto carece de enfoques sociales y metas concretas que materialicen los propósitos que dice plantearse. Sin resolver el problema de la pobreza, no se podrá generar una mejora estructural en la seguridad.

 

Durante el 2023 la producción industrial bogotana se redujo en un 1,5% con un especial impacto en la industria manufacturera que cayó un 4,3%. Las respuestas de la administración deberían ser decididas; sin embargo; metas como la vinculación del 0,28% de las empresas a procesos de conexión de mercados, o el impulso a la productividad del 0,47% de las empresas capitalinas, resultan absolutamente insuficientes y demagógicas. Esta ausencia es alarmante si se considera que la industria manufacturera genera una tasa de ocupación del 10,8% de los empleos de la ciudad.

 

Frente al desempleo el anteproyecto no propone medidas concretas para atender las altas tasas de desempleo en jóvenes (16%) y mujeres (11%), y por el contrario insiste en políticas que han demostrado ser marginales como la intermediación del mercado laboral a través de ferias de empleo o la promoción del emprendimiento sin efectivo respaldo financiero, acompañamiento técnico y planes de compras públicas.

 

En una ciudad en la que dos millones de personas no pueden garantizar tres comidas diarias, el anteproyecto se propone atender apenas al 3% de la población en inseguridad alimentaria a través de comedores comunitarios. Mientras establece de forma global, pero prioritaria, la asignación de transferencias monetarias y bonos canjeables que seguirán descargando mayoritariamente en las mujeres la carga de preparar los alimentos. La Secretaría de Integración Social no puede volverse un banco, por el contrario, debe ampliar servicios institucionalizados y fortalecer técnicamente al resto del Distrito para una adecuada e integral política de atención social.

 

Llamamos la atención sobre la inexistencia de enfoques de género, territorial, diferencial y poblacional que permitan reconocer las realidades de la feminización de la pobreza, la segregación espacial y las inequidades que se viven en Bogotá, por lo que las inversiones propuestas no apuntan a reducir las brechas de género y las discriminaciones sufridas históricamente por los grupos poblacionales de la capital. Expresamos una especial preocupación por la concepción que la administración plasma en el Plan sobre el Sistema de Cuidado, pues se reduce casi exclusivamente a la ampliación de cobertura de manzanas y no apunta a reducir o redistribuir efectivamente el trabajo de cuidado no remunerado, ni a brindar autonomía económica a las mujeres cuidadoras.

 

Resulta preocupante la ausencia de medidas concretas para la atención del casi medio millón de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Y en la que Galán se somete a la política de Petro de Jóvenes en Paz, que deja atrás programas como Parceros y Reto a la U que contaban con rutas efectivas de estudio y empleabilidad, así como excluye por completo del anteproyecto la atención del déficit financiero de la Universidad Distrital.

 

Finalmente, vemos con alarma la inexistencia de medidas estructurales para la revisión de los costos del sistema Transmilenio que permita aliviar la carga financiera de la ciudad y que la Nación asuma responsabilidad en el déficit. Por el contrario, el plan insiste en el modelo de alianzas público privadas que asfixian a la ciudad y restringen derechos a la población en beneficio de grandes grupos económicos.

 

Dignidad y Compromiso Bogotá continuará insistiendo en que Bogotá necesita los aspectos más importantes del programa de gobierno que, en cabeza de Jorge Enrique Robledo, le propusimos a la ciudad:

 

  1. Una política de resurgimiento industrial que permita revertir el proceso de desindustrialización que nos ha llevado a que cierren más de 1.400 fábricas en la última década y perdamos más de 156 mil empleos formales.

     

    Para ello es necesario establecer, de la mano de la academia, el tejido empresarial y de las y los trabajadores, una serie de herramientas de política pública como: Programas de compras públicas, por ejemplo, en uniformes y textos escolares. La revisión de la carga tributaria, especialmente el predial de las empresas. Líneas de financiamiento que otorguen créditos blandos. Revisión de los costos de energía eléctrica y la calidad. Planes de renovación y mejoramiento del entorno empresarial que no impliquen el desplazamiento de los moradores tradicionales. Revisión de los costos de la Cámara de Comercio especialmente para las pequeñas empresas.

 

  1. La creación de un Plan público de empleo que permita generar 120.000 vinculaciones entre el sector privado y el público.

     

    Un plan de emergencia basado en actividades de baja complejidad, aumento de los apoyos en materia social, proyectos de intervención de infraestructura en las localidades. Todo a través de empleos públicos y la financiación del 100% o el 50% de los pagos por el salario mínimo en el sector privado.

 

  1. Fortalecimiento de las plantas de personal públicas a través de la ampliación mediante concursos públicos. Se trata de garantizar continuidad en los procesos de atención más sensible, por ejemplo, la necesidad de garantizar a las maestras de los jardines infantiles de Integración Social plenos derechos mientras forman a nuestros niños y niñas en primera infancia.

 

  1. Una política social que luche efectivamente contra el hambre y la desigualdad. Las condiciones concretas de la pobreza se deben establecerse a partir de la búsqueda activa de las poblaciones vulnerables, con formularios que indaguen a fondo y permitan fortalecer con datos las políticas públicas y los proyectos de inversión para transformar realidades. La efectiva lucha contra la pobreza implica desarrollar programas permitan que las personas la superen. No hay que tener miedo de invertir en los social, quizá es la inversión más justa y que más consecuencias positivas deja a los Estados y a las sociedades.

 

Hoy en Bogotá hay hambre, y dicha situación tiene que abordarse, con servicios sociales concretos que permitan atacar este flagelo con criterios territoriales y poblacionales. Pensar que solo con las llamadas transferencias monetarias se puede enfrentar el hambre es un error, el gobierno de Bogotá tiene que hacer un seguimiento concreto a las intervenciones sociales que se hagan: midiendo la talla y el peso de los sujetos de especial protección y de acuerdo a las condiciones reales de nutrición deben entregarse canastas alimentarias diferenciadas, con el acompañamiento de nutricionista, médicos y especialistas en espacios institucionales como: jardines infantiles, hogares de paso para habitantes de calle y adultos mayores sin ninguna red de apoyo, casas refugio para mujeres violentadas, casas LGTBI, entre otros.

 

Este es el primero de una serie de pronunciamientos periódicos en los que profundizaremos en cada uno de los asuntos estratégicos de ciudad. Participaremos activamente de todos los escenarios ciudadanos y haremos un llamado a la veeduría ciudadana, al control social y a la participación incidente en la discusión del Plan Distrital del Desarrollo. Estaremos atentos a que se planteen programas efectivos para la superación de la exclusión y las desigualdades. No es a través de la profundización de políticas neoliberales, como Bogotá y Colombia, podrán superar la profunda crisis socioeconómica por la que sufren su ciudadanía y su aparato productivo.                    

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