No nos quiten la esperanza

José Arlex Arias Arias

6 de septiembre de 2021

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“Al comunicarle lo sucedido a Prometeo, y a su marido, Epimeteo, Pandora les dijo que lo único a lo que siempre podrían recurrir era a la Esperanza, pues era lo único que quedaba en la caja y por lo tanto, lo último que se podría perder. Es por esto que se dice que la Esperanza es lo último que se pierde” (Wikipedia). Es la Esperanza que tienen los colombianos de que cese la violencia, con lo cual se aclimataría el nivel político para que la confrontación electoral por la Presidencia y el Congreso no tenga que definirse por los dos caudillos que la polarizan para luego “sacar ramas de olivo”, corroborando que los extremos se juntan. Los colombianos no pueden estar condenados a escoger entre el ‘uribo-santismo-duquismo-gavirismo’ o el ‘petrismo’; es por ello que se abre paso una tercería que caracterizan como el Centro.

 

Ese Centro se define como “un conjunto de partidos, políticas, y/o ideologías, que se caracteriza por considerarse a sí misma intermedias en el espectro político, respecto de posiciones de derecha e izquierda” (Wikipedia), lo cual implica la elaboración de un programa, con unas reglas de juego, y un examen de la ideología de quienes van a representar esa tendencia. Eso fue lo que hizo la Coalición de La Esperanza, definiendo su programa: i) Recuperar la confianza en la democracia, ii) poner la economía al servicio de la ciudadanía, iii) proteger la biodiversidad, y iv) proteger a la ciudadanía y a los territorios. Y para la selección de sus candidatos, que garanticen la defensa de ese programa, colocó unas líneas rojas a los aspirantes: i) garantizar el cambio estructural para transformar a Colombia; ii) ser independiente de los partidos tradicionales y sus mentores; iii) ser oposición al modelo de desarrollo de Iván Duque.

 

Ante el desgaste del ‘uribo-santismo-duquismo-gavirismo’, la táctica de los que por siglos han dirigido a este país es mimetizar a sus candidatos como ‘alternativos de centro’, cuando por naturaleza siempre han sido defensores de las ideas de derecha, retardatarios ideólogos del modelo neoliberal. Ahí tiene razón el inmenso despliegue de expectativa que los grandes medios de comunicación, como Caracol radio del grupo Prisa, le hizo al lanzamiento a la Presidencia de Alejandro Gaviria, un neoliberal confeso, de los autodenominados académicos, y representante del capital financiero transnacional para el que trabaja, quien ha gozado de los beneficios del gran poder.


En su blog Academia Personal, con el título: “Una propuesta modesta”, ‘posteado’ el 15 abril de 2012, Gaviria, aludiendo a un presunto artículo que “se encontró”, el cual no refutó, plantea las propuestas para resolver la crisis fiscal, que aplicó como MinSalud, caracterizando con menosprecio al envejecimiento de la población como la principal amenaza para la sostenibilidad fiscal del mundo, planteando: “El riesgo de envejecimiento no solo constituye una amenaza para la sostenibilidad de los sistemas de pensiones, sino que por razones de justicia intergeneracional, los más jóvenes no deberían pagar por el exceso de años de vida de una generación privilegiada. Las reformas son inaplazables”. Solo le faltó predecir que la covid-19 sería muy buena porque mataría a los ancianos, resolviendo la sostenibilidad fiscal, para garantizar las ganancias de los banqueros. Pululan los artículos que corroboran la naturaleza derechista-fascista de Alejandro Gaviria, por lo cual no cabe en el centro político de la Coalición de La Esperanza, pues ¡será la Pandora que destape más desgracias para los colombianos!

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