Una salvajada
José Arlex Arias Arias
5 de diciembre de 2022
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Le damos la bienvenida al mes de diciembre y con él despedimos este año, que cada cual lo mira dependiendo de su prisma. Generalmente la gente comienza a apresurar el paso y con él, la velocidad de sus vehículos, constituyéndose en un mes muy peligroso para los accidentes en las vías. Pero el tema es que los accidentes de tránsito se volvieron paisaje natural, como lo son la violencia, el sicariato, el asesinato de líderes sociales, las masacres, el hambre, la miseria y la pobreza, en un país en el cual cada uno trata de devorar al otro. Es toda una salvajada dantesca la forma como mueren violentamente los colombianos, sin que las medicinas produzcan ningún resultado.
El último informe del Observatorio Nacional de Seguridad Vial en el año 2022 hasta el cierre de octubre tiene registradas 6577 personas fallecidas en accidentes viales, lo que representa un incremento del 14 % con respecto al mismo periodo del año anterior, cuando se contabilizaron 5768 víctimas mortales. Solo en el mes de octubre de 2022 se registraron 682 muertes, lo que representa un crecimiento del 27,5 % con respecto al mismo mes del año anterior. Además, se trata del registro más alto de víctimas fatales para este mes en los últimos cinco años. La gente cae muerta como moscas y las carreteras se convirtieron en absolutas trampas peligrosas, mientras los concesionarios se ríen a carcajadas con los bolsillos llenos.
Un informe del 18 de septiembre de este año de la revista Semana lo describe mejor: “Masacre vial: Al día mueren 21 personas por accidentes de tránsito en Colombia, una radiografía alarmante”, que en su contenido demuestra dicha afirmación: “En los primeros siete meses del año murieron en Colombia por siniestros viales un total de 4445 personas, lo que representa un aumento del 15,36 % frente a igual periodo de 2021”. O sea, que ni con la advertencia del importante medio hubo remedio para el cierre del mes de octubre. El cuadro será mucho más dantesco si el lector recurre a las estadísticas de los años anteriores. Solo para el mes de octubre: “En el año 2019 fallecieron 258 personas en las vías de Colombia, en 2020 la cifra llegó a 392, en 2021 las víctimas fatales superaron los 339 y en 2022 se han presentado 682 muertes. En todo el año 2021 hubo 7270 muertos y en el 2020, 5468” (Wikipedia). El ejercicio permite concluir que, en vez de bajar la cifra, esta va en progreso.
Hoy en día, con sobrada razón, toda la responsabilidad la tratan de hacer caer sobre los conductores de motos –algunos, unos verdaderos irresponsables suicidas y atarbanes con excelencia que cometen todo tipo de abuso–, pero esto va mucho más allá. En ese coctel de salvajada con la muerte en Colombia, toca meter a las famosas autoridades viales, a los tramitadores, a los corruptos, los concesionarios de las carreteras y de los vehículos y las firmas de seguros que siempre se lucran muchas veces con especulación. En Colombia hay toda una mezcla explosiva que en menos de medio siglo ha dejado por todo tipo de violencias, cerca de medio millón de muertos, millones de lesionados, huérfanos, damnificados y un tejido social absolutamente enfermo. Y hay “altos sectores de la sociedad” que aún pregonan que para qué se gasta plata en preparar sicólogos y siquiatras. Los colombianos merecemos un mejor destino y esa conducción no se puede dar con demagogia y charlatanería sobre la defensa de la vida, que solo se consigue con la soberanía nacional. ¡Colombia necesita verdaderas políticas públicas!
Cartagena – Bolívar, lunes 5 de diciembre de 2022
JOSÉ ARLEX ARIAS ARIAS
Comunicador Social – Periodista
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