La pandemia desnudó la vulnerabilidad económica de nuestro país. La informalidad es la norma en el país, cercana al 70 % antes de la pandemia (MinHacienda, 2020). Se redujo la participación sector agrario e industrial en el PIB en las últimas décadas, para darle paso a los servicios y a las importaciones de bienes que podemos producir en el país y ya no lo hacemos.

Esta situación no es un destino divino o natural para Colombia, sino que responde a las decisiones en materia de política económica adoptadas en las últimas décadas. Desde la apertura económica en 1990, que promovió César Gaviria, y pasando por todos los gobiernos que siguieron, incluido el de Duque, se ha promovido una política comercial de importaciones que destruyeron el aparato productivo del país, desaparecieron los cereales y el algodón de los campos colombianos y que tienen contra las cuerdas a los productores industriales de importantes sectores como las confecciones, las autopartes, entre otros.

No conseguiremos resultados distintos para las empresas del país aplicando las mismas políticas en materia económica. Federico Gutiérrez hoy representa la misma agenda de destrucción empresarial y productiva que han aplicado los presidentes y partidos que lo apoyan. Mismos partidos que también han aprobado los TLC que quiebran a los productores nacionales y a los que Gutiérrez busca darles continuidad.

Se requiere un cambio, donde exista una estrategia de desarrollo productivo, integrada con educación, ciencia, tecnología, innovación y emprendimiento. Es fundamental promover una transformación productiva en la que la agricultura, la industria y los servicios, en especial los de alto contenido tecnológico, tengan un papel prioritario. Estas últimas líneas son del programa económico de Sergio Fajardo, donde promueve la generación de empresas y empleos dignos en todo Colombia con propuestas específicas para el empresariado.

Revisión de los Tratados de Libre Comercio. Lucha frontal contra el contrabando. Incremento arancelario en casos de competencia desleal. Una política agresiva de diversificación de exportaciones. Reducción paulatina del impuesto de renta empresarial. Acceso a créditos con buenas tasas y plazos para inversión productiva fortaleciendo la banca de segundo piso. PROMIPYME, un programa específico para formalizar y acompañar a un millón de micro, pequeñas y mediana. La creación de cinco centros de investigación para promover la innovación empresarial y el incremento del presupuesto para Ciencia, Tecnología e Innovación del 0,3 % hasta el 1 % en el cuatrienio. Reducción del costo país y mejoramiento logístico con infraestructura vial y multimodal recuperando los corredores férreos. Fortalecimiento del SENA, incrementando sus cupos y adaptando sus programas a las necesidades de las empresas y la producción.

Estas son algunas de las propuestas de Fajardo que crearán 1,5 millones de empleos formales al final de su gobierno, de los cuales la mitad serán en el agro y la industria. El excelente equipo programático del candidato presentó estas apuestas ambiciosas pero sustentadas y realizables para el cambio seguro en materia económica y social que necesita y merece Colombia.