«Tibio» No, Seguidor del «Camino Medio»
Por Pedro Colmenares – tomado de colmenares.org
25 de abril de 2024
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En el apocalipsis existe una referencia a las personas que no se comprometen con sus creencias, se las llama «tibias». Cuando hablé alguna vez con un amigo sacerdote sobre el tema, me aclaró que la mayoría de las personas somos inconsecuentes, normalmente no nos comportamos según hablamos; me dijo en aquella ocasión que ser «tibio» era no ser consecuente.
Ser consecuente es muy difícil, cada causa que uno abraza le impone la necesidad de cumplir con nuevos estándares, y no siempre se puede estar a la altura de los mismos; pero creo que la lucha por lograrlo marca el camino de la virtud.
Últimamente me han llamado «tibio» por mis creencias políticas y lo peor de eso es que terminé naturalizando el término, de hecho hace poco algunos que piensan como yo, se declararon abiertamente «tibios» como una manera de legitimar su posición, alejada de los extremismos irracionales.
El asunto es que si me atengo a los conceptos que tengo de la «tibieza», para nada puedo aceptar esa etiqueta, toda la vida he trabajado por vivir según mis creencias, haciendo lo que predico por más que muchas veces me cueste.
Si he de elegir una etiqueta, prefiero tomar prestada una referente a un concepto de otra filosofía, tan válida como aquella de donde se sacó el concepto de la primera. Cuentan que Buda escuchó un músico enseñar a su discípulo sobre las cuerdas de su laúd, «no las aprietes mucho pues las romperias, pero no las sueltes demasiado o no daran las notas correctas»; y que allí entendió que era justo ese estado de equilibrio el que lo haría avanzar , entendió que los extremos son una ilusión, el mundo es un todo y tratar de avanzar en alguno de estos extremos, es como remar con un solo remo, te deja dando círculos y sin avanzar. A esta forma de pensar bautizó como «el camino medio» y fue su manera de enseñar.
El «camino medio» te obliga a usar todo tu conocimiento para discernir cuando es mucho, cuando es poco; requiere un ejercicio permanente de autoevaluación y la capacidad de cambiar de puntos de vista, según se comprenden nuevos conceptos. Recorrer el «camino medio» implica estar en capacidad de escuchar a los demás y comprender sus visiones, sólo así se sabe si estamos «rompiendo las cuerdas» o «no estamos dando la nota».
Hoy por medio de este escrito, me declaro oficialmente un «caminante del camino medio», aunque algunos me llamen «tibio». Siempre me esforzare por ser «yo mismo el cambio que quiero ver en el mundo» como acotaba Gandhi
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